Monterrey.- Con la consigna de “quédense en casa”, grupos de activistas femeniles convocaron a un paro este lunes 9 de marzo, para exigir alto a la violencia de género y resaltar la importancia de la mujer.
Las ONG convocantes, principalmente el colectivo feminista veracruzano “Las Brujas de Mar”, han pasado a segundo plano, ante el alud de notables apoyos recibidos: escuelas particulares, empresas, medios de comunicación, dependencias gubernamentales, bancos. Instituciones tan reacias a autorizar una salida temprano, se comportan con patriarcal magnanimidad.
Es notorio de silencio de los sindicatos hasta hoy.
El respaldo va desde prometer que no castigarán el ausentismo –yo no quiero, pero si tú quieres yo me dejo– hasta suspender actividades escolares, como el gobernador de Nuevo León, así las maestras indecisas no tienen más opción que parar. Las alumnas de una escuela privada ya reclamaron a los directivos la suspensión total de clases.
Según Milenio.com, laboran:
- 2.3 millones de damas en instituciones de enseñanza superior.
- 16 millones en escuelas de enseñanza básica; de ellas 13 millones de alumnas entre 4 y 15 años de edad, de preescolar hasta secundaria. Los estudiantes varones que se las arreglen solos.
- 9 millones de empleadas en empresas y negocios.
- 8 millones de amas de casa, que pueden delegar sus tareas de hogar a los hombres que viven con ellas.
Casi 36 millones de mujeres estudiantes y trabajadoras; si todas responden será el 40% de la fuerza laboral en México.
¿Quién contabilizará a las mujeres que secundaron la convocatoria? Los alentadores como prensa, radio y TV, con algo parecido a las encuestas de salida, o con la ayuda de los encuestadores del censo del INEGI.
Cada quien haga sus estimados: 10, 20, 30 o hasta 40 millones de mujeres ausentes.
Cuentas alegres, aunque poco claras.