Monterrey.- Arturo Bonifacio de la Garza y Garza (General Bravo NL, 1905-1952), inició su carrera política como secretario general durante la gubernatura de su paisano, el general Bonifacio Salinas Leal, de 1939 a 1943; le sucedió en ese cargo de 1943 a 1949.
Arturo Sr. fue el patriarca de una familia de políticos, que han ocupado diversos cargos a través del PRI. Uno de sus hijos, Lucas de la Garza Tijerina, secretario de gobierno; en 1988 apoyó después la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas; su hermano Arturo, diputado federal y local, siempre en las filas del Tricolor. Destacan como ganaderos y empresarios agropecuarios en Nuevo León.
La dinastía de la Garza es un grupo que ha influido en la vida política de Nuevo León, en ocasiones con dureza, pero con sagacidad. Al menos causa azoro el diputado Arturo Bonifacio de la Garza, descendiente de esa estirpe.
Es notorio el desaire de sus compañeros, en su empecinamiento para destituir a Bronco y el secretario de Gobierno, respondieron a la convocatoria solo un par de embozados.
Su currículum no señala ningún antecedente de actividad política o académica, solo pertenecer a la prosapia de… La única participación legislativa ha sido su cambio de partido político. No se sabe si tiene un proyecto personal; a no ser que sus ancestros le tengan alguno, Arturo Bonifacio es manipulado por alguien ajeno.
Es inaudito que en el zipizape contra López Obrador –y cuando el número de contagios amenaza desbordarse– alguien pretenda descabezar al gobierno del Estado, sin esperar siquiera el veredicto de la Suprema Corte de Justicia; y ni modo que los presuntos condenados se queden con los brazos cruzados, agotarán las instancias jurídicas, tiempo en que podrán llevarse lo que resta del sexenio.
¿Se atreverá Arturín a invitar de nuevo, y que lo desdeñen?