Monterrey.- Miguel Barbosa, gobernador de Puebla decreta el término del ciclo escolar 2019-2020, y que no se repruebe a ningún alumno. Martín Orozco, gobernador de Aguascalientes afirma que no dejará trunco el ciclo escolar, las clases presenciales se reanudan en junio, y no pasará de grado ningún alumno vaquetón.
Así media docena de mandatarios estatales, de un extremo a otro, a la libre. Algunos ni se toman la molestia de avisar a la SEP, otros mandan a rueda de prensa a su secretario de Educación, o vociferan sin cubre bocas, por sus pistolas.
Se asumen muy celosos de su soberanía territorial, suponen que hasta el Covid-19 tiene que respetarla.
Cerrar un ciclo escolar no es tan sencillo. Hay una serie de tareas administrativas previas. Entre otras, hay que elaborar el listado de los alumnos de cada grupo que pasarán al siguiente grado, entregar a los padres de familia, de manera presencial, boletas de calificaciones de los alumnos. Si continúan en el mismo plantel se puede dispensar y matricular en automático. Los páter familia deben recibir los certificados de enseñanza preescolar y su boleta de asignación para la escuela primaria; de igual forma, los certificados de enseñanza primaria y su tarjeta de asignación para una escuela secundaria.
Hasta aquí –dentro del sistema de enseñanza básica– puede resolverse de manera informal, y posteriormente entregar los documentos. Mas no se puede manejar así con los muchachos que concluyeron enseñanza secundaria. Una buena cantidad participará en los exámenes de admisión a las escuelas preparatorias, en nuestra entidad, de la UANL. Necesitan su documentación escolar.
Todo a resolverse en menos de tres meses.
Bien que mal, el intríngulis lo vendrán resolviendo los maestros de banco, que cada año tramitan esta papelería.
En tanto los gobernadores vaquetones, que sigan con sus desplantes de perdonavidas.