GOMEZ12102020

DISPARATES
Catafixia de ensueño
Armando Hugo Ortiz Guerrero

Monterrey.- Varios artistas ya fueron diputados, siendo secretarios generales de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), cuando el PRI-Gobierno repartía cuotas de legisladores a sus sindicatos afines: SNTE, CTM, SUTERM, etc. Comenzó con Rodolfo de Anda (1964), hermano de Luis Echeverría, le siguieron Jaime Fernández (1970-1971), David Reynoso (79-82), Ignacio López Tarso (88-91), Julio Alemán (91-94).

     Tenían trayectoria artística, pero en el Congreso resultaron simples floreros, como tantos legisladores. Lo fue también Silvia Pinal (91-94), y senadora (98-2000); en su biografía política se mencionan algunos logros.

     Con la caída del PRI desapareció la cuota para la ANDA. En 2015, Manlio Fabio Beltrones puso como diputada-florero a la artista Carmen Salinas. Sergio Mayer es actual legislador por Morena.

     Los partidos minoritarios impusieron la moda de reclutar personajes de la farándula como candidatos. Jamás con perspectiva de triunfo, sus dirigentes solo buscaban votos para la supervivencia, los artistas se conformaban con la paga de su único alimento espiritual, el aplauso. En Nuevo León, el PT reclutó entre otros a Julián Garza, el Viejo Paulino.

     No es novedoso que hoy, los partidos anémicos de voto, enganchen a gente del espectáculo, pero con todo respeto a los invitados, ya no están en la florida juventud.

     Se necesita sangre nueva, futuro de México, deben echar el envite a participantes de programas como Exatlón, de TV Azteca, por su enorme popularidad.

     Para mayor impacto mediático, en intercambio deben participar en esa competencia deportiva de alto rendimiento, dirigentes de partidos políticos como Alejandro Moreno, Marko Cortés, Mario Delgado, Alberto Anaya o Dante Delgado. Fabuloso verlos levantar troncos, en paños menores.

     Igual sería que en esta permuta, muchachos fortachones como Pato Araujo, Marcos Pulido, o damas como Mati Álvarez, participen en los debates legislativos que organizará el INE.

     Tal vez cada quien encuentre su verdadera vocación.