Monterrey.- El enfoque sobre los dos años del actual gobierno valora sobre todo la consecución de los objetivos propuestos; poco se aborda el manejo de situaciones críticas no previstas, donde debe actuarse con premura, audacia y algo de suerte.
En el inicio de la gestión una de las importantes fue la muerte de la gobernadora de Puebla Erika Alonso y su esposo, el senador Moreno Valle, en diciembre de 2018. Rápido inició la investigación; se endilgaba al gobierno hasta responsabilidad criminal.
Una crisis se presentó en la política exterior, en mayo del 2019, cuando Donald Trump, amenazó aumentar los aranceles de productos mexicanos, por no detener el flujo de inmigrantes. Se resolvió en menos de un mes.
La liberación de Ovidio Guzmán en octubre de 2019, se decidió en cuestión de horas, bajo el amago de un enfrentamiento en Culiacán, con muertes de civiles por docenas. Aun se recuerda para denostar al actual gobierno.
El rescate aéreo del presidente de Bolivia, Evo Morales, tipo la película “Casablanca”, en noviembre del mismo año, fue por voluntad propia. De alto riesgo; en caso de fallo, el resto del sexenio quedaba trunco, peor si hubieran muerto los militares mexicanos, a cargo del operativo.
Trump no condenó a México por lo anterior, y para desencanto de la Oposición mexicana, cesó su actitud belicosa; en abril de este año lo respaldó para no aumentar su recorte petrolero; otro apoyo fue vendernos 1000 respiradores ese mismo mes.
Lo más reciente es la deportación a México del militar Salvador Cienfuegos, ex secretario de Defensa, acusado en EEUU de delincuencia organizada. Pocos saben cuál fue el trato.
Para las crisis económicas hay remedios. El Covid 19 es un adversario desconocido y letal; como todos los países, México está probando recetas.
La moneda sigue en el aire.