Monterrey.- Dicen que así le dicen amigos íntimos, como Carlos Salinas de Gortari, Nati González Parás y su casi tocayo, Alonso Ancira, de AHMSA. Ildefonso Guajardo Villarreal tiene licenciatura en Economía por la UANL, Maestría en la Universidad de Arizona y Doctorado por la Universidad de Pensilvania, en Finanzas Públicas.
Presentó inconsistencias en su declaración de ingresos a la SAT, como funcionario del sexenio previo. Inconcebible, dado su perfil profesional, que no pudo contestar correctamente un simple formulario fiscal. Según se dijo, se le solicitó en principio aclarar dichas cuestiones. No quiso o no pudo.
La pita se le fue enredando y al no justificar cuentas bancarias y otros detallitos, fue vinculado por un juez por el presunto delito de enriquecimiento ilícito. En cuatro meses se decide su situación, a ver si en tanto, no le encuentran otros asegunes.
Desde que concluyó su cargo como secretario de Economía debió revisar a fondo su situación patrimonial, máxime con el arribo de un gobierno con perfil diferente al PRIAN; se consideró con inmunidad aún. Otro fallo, tanto tiempo de marquesa y no saber menear el abanico.
Don Ildefonso se asume como víctima de una persecución política por parte de la 4T. Tal vez en principio; ahora ya no, quien lo apremia para que precise “Quen pompó pinturitas, quen pompó” es el Poder Judicial.
De todas formas, en agosto asumirá su cargo y –de nuevo– inmunidad como diputado federal, y aseguró que lo hará como Opositor. Excelente, sin duda criticará al actual gobierno por su incapacidad para disminuir la evasión fiscal.
Tal vez dentro de algunos años, Ildefonso Guajardo sea revindicado de la actual acusación en su contra. En el Congreso de la Unión, junto a los nombres de otros próceres, se grabará con letras de oro la leyenda:
“Ponchis el Honesto”
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