Monterrey.- Falló el augurio del caos rotundo del gobierno, en la aplicación de las vacunas anticovid. El programa se encarriló y para el segundo semestre, la mayoría de la población adulta estará inmunizada. Ya no hay mucho por donde hostigar.
Ahora se reciclan los ataques al aeropuerto Felipe Ángeles; desde hace tres años se vaticinó su fracaso, luego el diluvio de amparos, se dijo que no se terminaría a tiempo, hasta un alud de esqueletos de mamut sirvió de argucia.
Hoy la novedad es una ciudadana, quien se quejó ante un juez que el nuevo rediseño aéreo del Valle México le afecta el interés familiar. Según parece le molestaba mucho el estruendo de los aviones. El inefable jurisconsulto, en vez de sugerir a la doña, tapones anti ruido, ordenó suspender el programa.
Este rediseño, previo al uso del aeropuerto Felipe Ángeles, se tardó más de tres meses, según se informó: es imposible volver al pasado de la noche a la mañana. Solo falta que el Juez no entienda de razones como Gabino Barrera, y mande al gobierno y aviones a volar por otros rumbos.
Otra novedad, el rumor de los dos aviones que iban a la misma altura, y estuvieron a punto de chocar frente a frente, por culpa del rediseño. Ninguna fuente oficial lo ha confirmado, ni autoridades, pilotos, compañías aéreas o personal de aeropuertos. Pero se insiste en que alguien escuchó de alguien, que no quiere decir su nombre por temor a represalias, que no fue uno, sino dos incidentes similares.
La señora molesta con el ruido de los jets, y los aviones chocantes, van en camino de convertirse en ocurrencias y leyendas urbanas, útiles como piedritas en el camino, buscando demeritar el nuevo aeropuerto internacional.
Los opositores andan volando bajo.
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