CRONA10082020

El autoritarismo de ladrillo
Ernesto Hernández Norzagaray

A la memoria del amigo violinista,
Héctor Olvera Curiel.

Mazatlán.- “Si el alcalde llegara a ser candidato a Gobernador (de Sinaloa) y ganara, nunca le voy a contratar a Noroeste, eso sí se lo digo para que vea que soy derecho. Amor con amor se paga”(para agregar) “Hoy que viene el Presidente de México (Andrés Manuel López Obrador), me reciben con una nota que ya se había publicado del domingo de Ernesto Hernández Norzagaray, un cuate que en su vida ha trabajado, se dedica a ser investigador, no sé de qué, pero sé dónde se la pasa, por eso sí sé de qué, y esa nota la repitió hoy Noroeste, yo sé que es para golpearme, piensan que el Presidente me va a llamar la atención, no, andan muy perdidos”.

     La mala lectura y un temperamento sin control ha sido siempre un mal compañero de los aprendices en política, esos señores y señoras, que subidos al ladrillo del poder pierden pronto la compostura y asumen el papel de pequeños virreyes.

     Asumen equivocadamente que su poder temporal los blinda ante la crítica, cuando la vida enseña, que quien en ese medio busca reconocimiento debería considerarla como parte de su formación. Saber lidiar con ella y aprenderle. Entender que es su aliada para escalar a posiciones más influyentes. Pero, en ese mundo bizarro de los iniciados, hay de perfiles a perfiles y, frecuentemente, se impone en ellos la tercia errática de la improvisación, inmadurez y ausencia de oficio político.

     Y es que, por simple prudencia, un aspirante al cargo de gobernador por menor que sea –ya si hablamos de sus posibilidades, es otra cosa– no puede amenazar a un medio y menos a uno tan consolidado como es Noroeste, una empresa editorial, con una larga tradición de resistencia contra cualquier forma de autoritarismo, y todavía menos, cuando el medio ha hecho su trabajo de investigar para informar a sus lectores.

     Un gobierno que se retroalimenta debería servirse de la información para revisar lo que pudieran estar haciendo mal en algunas áreas del gobierno municipal.

     Pero, mejor hagamos un ejercicio, leamos desde la semiótica ese desplante prepotente, irritado y rupturista del alcalde que aspira cuando ni siquiera lo contemplan las encuestas serias de intención de voto:

     Primero, la amenaza de no contratar servicios a Noroeste subsume una concepción arcaica del poder, aquella qué por encima de las instituciones de la sociedad política y civil, personaliza el poder con sus manías, humores, enojos.

     Segundo, igualmente, subsume una idea patrimonial del poder en la frase “nunca voy a contratar a Noroeste”, la idea de que mientras detente el cargo manda sobre el destino del dinero público y lo asigna no en función de un plan de desarrollo muy bien pensado sino con base a las lealtades de ocasión y los humores del día, que chocan con la racionalidad en la aplicación del gasto público y la Ley de Transparencia y Rendición de Cuentas.

     Tercero, cuándo el alcalde afirma “…para que vea que soy derecho” subsume para desgracia la idea machista de, así como lo digo lo cumplo, que no corresponde con una visión institucional sino a la de un aprendiz de cacique que amenaza, ahora sí, llevarlo a todo Sinaloa.

     Cuarto, la expresión de “amor con amor se paga”, coloquial pero desafortunada, pues lo que quizá quiso decir fue “odio con odio se paga”. Noroeste no trabaja con odio sino con las herramientas del buen periodismo y con el apoyo económico de sus dueños, patrocinadores, periodistas y lectores. Así, ha sobrevivido por décadas a gobiernos con más dinero público, ¿podrá hacerle algo un alcalde?

     Cuando se refiere a quien esto escribe muestra que la lectura no es su fuerte pues confunde los textos: Veamos, el domingo pasado escribí el ensayo “Disculpa, cómo ridículo”, y se publicó en Noroeste ubicándose rápidamente como el segundo más leído del día.

     Ese texto correspondía al exhorto que el TEE hizo al alcalde para que brindara una disculpa pública a la Síndica Procuradora y, este en lugar de cumplir con el llamado del tribunal, utilizó los recursos jurídicos del ayuntamiento para proteger su ego y se fue a la instancia jurisdiccional federal, para evitarse un acto de caballerosidad política que no va a evitar estar en el listado de los cargos electos que han ejercido violencia de género en su administración.

     Se refiere entonces a una opinión que emití a un asunto distinto y tiene que ver con las compras millonarias de insumos eléctricos que hace el gobierno municipal fuera del estado en perjuicio de las empresas locales del ramo que Noroeste publicó el día de la llegada de AMLO al estado y esto no es golpeteo es sentido de oportunidad.

     Desesperado y molesto me acusa de nunca haber trabajado, no sé qué idea tiene sobre el trabajo académico que realice durante 35 años en la UAS, tengo una docena de libros, reconocimientos y decenas de artículos académicos que me mantienen en el Sistema Nacional de Investigadores desde 1996 y, por mis más de treinta años en el periodismo, he escrito cientos de artículos periodísticos en diversos medios de comunicación.

     Incluso, recientemente colabore con el Instituto de Cultura junto con otros amigos de la obra de Amado Nervo, y el señor Tostado me pidió que le apoye para un homenaje el próximo 27 de agosto cuando se cumplen 150 años de nacimiento del poeta.

     Sin embargo, ante la denostación, no puedo menos que renunciar a esta colaboración que incluía un libro mío sobre Amado Nervo. Ya vendrán mejores autoridades para hacerle los honores al autor de Perlas Negras.

     Finalmente, es preocupante que un alcalde se dedique al espionaje, lo dice claramente cuando refiriéndose a mi “sé dónde se la pasa” y, me reservo el derecho a denunciar su intrusión en mi vida privada y lo asumo como amenaza a mi integridad física.

     En definitiva, estas declaraciones nos regresan a los peores tiempos del autoritarismo, lo lamentable no es que se manifieste porque la condición humana es la misma, sino que esto lo haga un gobierno municipal que ofreció el cambio y está dando una penosa muestra de intolerancia además de lo denunciado por Noroeste. Algo de esto debió haber influido en el ánimo de AMLO para que en este viaje no tuviera contacto con quien hoy amenaza montado en un ladrillo.

     Al tiempo.