El beso del diablo
Gerson Gómez

Monterrey.- Para quienes presuman su cercanía con Jaime Rodríguez Calderón, la fecha de caducidad está cerca. Lo saben y deshojan el calendario. Cuentan las quincenas. Pocos son quienes entraron en el sexenio. La duración de la luna de miel acabó en la locura de la intentona por la presidencia de la república.

     Les pidieron cuotas de firmas por secretaria. Por oficina y hasta por familia. La orden llegó desde la Secretaria de Gobierno. De parte de Manuel Florentino González. Complicidades todas. Incluyendo al notable Doctor de la O. Nuestro humorista del show de las tres de la tarde en red estatal de televisión, quien actualiza los casos de la pandemia.

     Pleno año de Hidalgo, las renuncias, incluyendo la forzada en el sistema de Radio y Televisión de Nuevo León.

     Durante el fin de semana, el nombramiento de Susana Valdés Levy, conductora de televisión, de imagen ligth contrastada con la popular presentadora de noticias del medio día de Multimedios Televisión.

     Le corresponde a la nueva directora salvar los meses de distancia hasta la llegada de los nuevos dueños del poder.

     Con la más notable desventaja: su frágil condición femenina y prestigió de comunicadora se fue al carajo. Desde el momento de aceptar el puesto con el peor gobierno de los últimos cincuenta años. El del independiente Jaime Rodríguez Calderón.

     En ese libro enlodado, de los confabuladores, escribió su nombre.