Monterrey.- –Siéntese, amigo, que no mordemos. Por el contrario, tocaremos las fibras de la inspiración esta noche, solo espere un rato, abra una cerveza con nosotros y lo verá como una revelación.
De esta manera se presentó Jaime Flores, copartícipe del dúo artístico visual Los Gemelos Tóxicos, personalidades que se extrañaban en la ciudad a causa del encierro obligatorio y por ende decidieron aceptar una charla televisiva en el canal 15diario TV unas horas antes de atraparme en una conversación metafísica.
Arribo un viernes de tertulia 9 de abril del presente año a Superficie 452, un fresco punto de reunión para relacionarse con personas interesantes, todos motivados por las ciencias y las artes. Allí me recibe la Portadora del Agua, guardiana de Superficie 452: una dama tallada en ropas oscuras, con cabello como el azabache y de mirada atenta. A manera simbólica ella vierte agua al árbol cultural. Con su cántaro sagrado, hidrata a todos los brotes desde la base hasta la copa del árbol que va creciendo frondoso gracias a las gotas del conocimiento que lo alimenta, una tarea fundamental de la cual muchos estaremos por siempre agradecidos. Las ramas, variadas en tamaños y edades representan a los individuos forjadores de las ciencias y las artes que se reúnen para entregar su granito de arena a la sociedad.
Subo las escaleras del recinto, camino entre gatos pardos y libros ordenados. Veo alrededor de la mesita redonda a dos tíos con una combinación de roqueros y pachucos.
–Tome asiento, cuate, déjanos un rato, querida Claudia, que deseamos conversar con el caballero mientras baja el calor de la tarde –mencionan al unísono y percibo un fuerte vínculo entre ellos.
Juan Tavitas, ilustrador para bandas musicales, armoniza la otra mitad de Los Gemelos Tóxicos. Se levanta de la silla y me ofrece una bebida sagrada. –Carnal, el arte se debe disfrutar, respetando el rigor en cada trazo, mira, se entiende el subjetivismo pero la opinión de los críticos es un susurro que se lo lleva el aire sin mayor esfuerzo, lo que enorgullece es la evolución del trabajo y enriquecer los sentidos del observador, es decir, activar su percepción.
–Las máscaras que pinto para mis figuras es un concepto –aporta Jaime. Lo plasmo en casi todos mis cuadros, pero lo importante es la interpretación del espectador que contempla cada obra. Mira estas manos ásperas e hinchadas, son huellas labradas por el oficio con más de trescientos cuadros y exposiciones en Nueva York, Los Ángeles y algunos rincones de Europa.
Juan y Jaime se encuentran directamente relacionados por su amistad, por la complicidad musical y la misión de vida que plantean: el superar el trabajo logrado del pasado, actitud distinguida y conocida como el Camino del Guerrero, disciplina que nos dejaron los ancestros nativos de la cultura toltecayotl.
La noche de tertulia continuó y las cervezas nunca se agotaron. Tampoco los saludos, abrazos y reconocimientos francos. Una de las cosas que mejor recuerdo con emotividad fue la anécdota de Los Gemelos Tóxicos en Argentina sobre la actriz Libertad Lamarque, espero redactarla en el futuro como un cuento fantástico.