Monterrey.- Resulta que el matemático Simón Flagg, conocedor de una disciplina altamente evolucionada y en cuyos principios se sustenta todo el edificio de la ciencia, la matemática. se vuelve engreído, seguro de sí mismo y de su conocimiento universal, de tal manera que reta al mismo demonio a que le conteste una pregunta difícil. La respuesta deberá darla en menos de veinticuatro horas, si lo hace, el maligno se quedará con su alma y la de su mujer. Pero si no logra dar la respuesta correcta, el diablo le dará 100 mil dólares al matemático.
El maligno acepta gustoso e incluso alcanza a comentar que dará la respuesta correcta en menos de veinticuatro horas y aún le quedará tiempo para agenciarse un alma más, aparte de la de Flagg y su esposa.
La pregunta de Flagg es la siguiente: ¿Es cierto el último teorema de Fermat?
xn+yn= Zn, siendo n un número entero positivo mayor que 2.
El astuto Simón Flagg, más astuto que el mismo demonio, sabe que desde Pitágoras se conoce la demostración de: x^2+y^2= z^2, “el Teorema de Pitágoras”. En cambio “El último Teorema de Fermat”, proposición matemática que Pierre de Fermat, matemático francés del siglo XVII dijo haber demostrado nunca fue escrita y, a la fecha, (1981) nadie había demostrado la veracidad o falsedad del teorema.
Cuando El maligno escucha la pregunta de Flagg no pudo reprimir un gesto de disgusto.
Muy bien, ¡A trabajar! - exclamó Flagg.
¡Matemáticas! -exclamó horrorizado el diablo.
-¿Piensas que he tenido tiempo que desperdiciar aprendiendo tales cosas?
- He estudiado el Trlvlum y el Quadrlvium, pero álgebra..., -añadió el diablo con despecho.
Pasado el tiempo, el diablo se presenta ante Simón y le dice: - Tú ganas, Simón. Ni siquiera yo puedo aprender en tan poco tiempo las matemáticas requeridas para un problema tan difícil. -Cuanto más indagaba sobre él, más difícil se resultaba. ¡Ni siquiera los mejores matemáticos de otros planetas, todos mucho más avanzados que el tuyo, lo han resuelto!, hasta consulté con un tipo en Saturno semejante a una seta con zancos que resuelve mentalmente ecuaciones diferenciales en derivadas parciales; y ni él ha podido demostrar tal proposición.
El diablo suspiro y dijo: -Me voy y se desvaneció en la nada.
Así fue como Simón Flagg ganó una apuesta al diablo. Y es que este encuentro tuvo lugar en 1981 y fue hasta 1995 cuando el matemático inglés Andrew Wiles, tras años de arduo trabajo logra demostrar la veracidad de El Último Teorema de Fermat.
*Basado en el bello relato de Artur Peges