CORONA22062020

El difícil camino a la democracia
Guadalupe Mauricio Hernández

Monterrey.- El fallecimiento de Antonio Martínez Sánchez nos enseña cuan largo y difícil es el camino a la democracia. Toño recorrió ese duro camino durante 26 años, sin darse por vencido, siempre en Alianza Cívica AC, Nuevo León, la cual presidió con dignidad y pocos recursos. Estaba convencido que una ciudadanía informada de sus derechos políticos y participativa, podía cambiar democráticamente el país, el Estado.

     Todos podemos, y tenemos derecho a participar, a ejercer nuestros derechos, aun los que tengan menos de 18 años y no puedan votar, decía Toño a quien le prestara atención. Observador electoral y animador de la participación ciudadana en los asuntos políticos del barrio, de la ciudad, del estado y del país, llegó a ser un educador popular, a veces cumpliendo su labor en solitario y prácticamente sin recursos. Toño poseía algo que pocos tienen: una tolerancia que generalmente apaciguaba a los rijosos. Me consta que podía dialogar con personas de la llamada izquierda radical, sin pelear, y hasta seguir siendo amigos, quizá porque sabía escuchar sin cansarse o fastidiarse, y luego soltar su punto de vista, su opinión, su rollo democrático.

     Empecé a respetarlo como debe ser, escuchándolo y participando en algunas tareas de Alianza Cívica, cuando me contó uno de los viajeros, que, en el año 1994, Toño acompañado por Rogelio, César y Cecilia, viajó a Chiapas, a entregar algunas toneladas de alimentos a las comunidades indígenas zapatistas que lo requerían; con eso ganó mi cariño. Toño tenía esperanza de que el EZLN fuera escuchado y la guerra cesara para dar paso a una negociación con el gobierno, una paz con justicia y dignidad. Él, me consta, era amigo de todos los trovadores en la ciudad; el canto nuevo está de luto sin Toño. Así como no había manifestación en la que no se presentara, tampoco había lugar en donde se cantara canto nuevo latinoamericano y él no estuviera.

     Pude descubrir dos cosas esenciales en Toño que me hicieron identificarme con él: su amor por la educación popular de los barrios de Sierra Ventana y la Independencia, y su amor por la fotografía. Sus fotografías tenían la mirada panorámica de la ciudad desde la marginalidad de esas colonias, que se encontraban en las faldas de los cerros de Monterrey; no era la mirada panorámica de un postal turística, sino la de los contrastes. Gracias a Toño, conseguí una pila que me hacía falta para un viaje, me pasó el contacto de su proveedor fotográfico, que por suerte vivía cerca de mi casa y a las doce de la noche pude hacerme de una pila para mi cámara y salir al día siguiente, casi de madrugada, a Colombia. Toño y yo coincidimos en el amor a la fotografía y en la confianza que mi compañero tenía sobre su persona, fuimos consumidores de la misma marca de cámaras y lentes. Un día, saliendo de la casa “árbol de todas las raíces”, sede de Alianza Cívica, pasaba yo por ahí cuando Toño salía; gritó mi nombre a lo lejos, me devolví, nos saludamos, me muestra un libro, me dice: “mira lo que voy a leer”; el libro era La fotografía como documento social; me preguntó si lo había leído. Bueno, pues no se lo dije, pero lo había leído varias veces.

     En 2018 participé junto a otros compañeros, como el sociólogo Jorge Castillo, la doctora María Antonieta, Rogelio y yo en un proyecto de gran envergadura: “Observación del Proceso Electoral Federal 2018”, en zonas de riesgo por violencia. Patrocinado por el Programa de las Naciones Unidas (PNUD), Fondo de apoyo para la Observación Electoral (FAOE). La entrevista que aquí presentamos fue realizada en el 2018, es inédita. Descanse en paz, nuestro amigo.

     Alianza Cívica de Nuevo León y el difícil camino por construir la democracia en México. A 26 años de su fundación como Asociación Civil, la tarea de fomentar una cultura de participación ciudadana sigue vigente.

     Entrevista con Antonio Martínez, presidente actual de Alianza Cívica, por la doctora Guadalupe Mauricio Hernández.

GM: ¿Cuál es el origen de Alianza Cívica?
AM: Alianza Cívica surge como proyecto de observación en 1994, a partir de la inquietud de varias organizaciones civiles y algunas Redes nacionales de organizaciones civiles, por ejemplo, el Movimiento Ciudadano por la Democracia y Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia, y otros como la Academia Mexicana de Derechos Humanos, en total eran siete.

     Aquí, en Nuevo León comenzó desde enero de 1994. Nos invitaron dos grupos que tenían representación: el Movimiento Ciudadano por la Democracia y Convergencia. Las primeras reuniones se hicieron en la sede del Comité de Apoyo al Pueblo de Chiapas. Esta organización era muy amplia y se empeñaba en promover el apoyo a los desplazados y la paz en Chiapas. Algunos de los que participábamos en el Comité de Apoyo, decidimos unirnos al proyecto de observación electoral y también entró al proyecto gente de otros ámbitos. Antes de hacer nuestro registro como AC, hicimos en Nuevo León la primera consulta zapatista nacional, y también un Foro sobre la reforma electoral.

GM: ¿Cuáles son las contribuciones que Alianza Cívica ha hecho a la democracia en Nuevo León?
AM: En el terreno electoral, Alianza Cívica ha contribuido a nivel nacional. Una cuestión importante es que convergieron activistas sociales, miembros de organismos civiles, con académicos e investigadores, impulsando metodologías novedosas de observación electoral; por ejemplo, el caso del análisis del padrón, es decir, había muchas quejas con respecto a que se clonaban credenciales, votaban los muertos, había muchas homonimias. Se desarrolló un proyecto de análisis del padrón que consistía en hacer una muestra con base al padrón e iban brigadas a verificar si vivían las personas registradas en el domicilio indicado en el padrón, se comprobaba si existían esos votantes.

     Otro proyecto bien importante fue el análisis de medios de comunicación, de cómo cubrían a cada uno de los candidatos y qué tiempos y cobertura les daban. También se contribuyó a la ciudadanización de los órganos electorales con ciudadanos que no tuvieran que ver con partidos electorales y, con respecto a la jornada electoral, se desarrollaron metodologías sobre la actuación del observador electoral en el transcurso de la votación.

     Con respecto a la participación ciudadana, Alianza Cívica realizó consultas ciudadanas y sobre todo la educación cívica, lo importante era llevarle a la gente la discusión o el debate o el cuestionamiento, es decir que la gente se cuestionara, por ejemplo, que si está bien eso de que Estados Unidos nos rescate del Error de Diciembre, prestándonos miles de millones de dólares y luego que nuestra economía o nuestras decisiones dependan de Estados Unidos. Era bueno preguntarle a la gente y que la gente se lo preguntara.

     Así mismo la evaluación del gobierno de Salinas de Gortari, se llevó a cabo una consulta en 1995. Hemos aportado respecto a la Ley Electoral, y lo que tuvo que ver con la Ley de Participación Ciudadana, la cual surge primero de la inquietud de los integrantes del Foro Libre Democrático, de Claudio Tapia, por mencionar a uno. Se trataba de llevar a nivel estatal una propuesta de ley de participación ciudadana que ya se había implementado en el Municipio de San Pedro y que les había dado buenos resultados. Esta propuesta de ley surge en el 2004. Lo vimos con simpatía y no. Con simpatía porque es importante promover la participación ciudadana; y no con simpatía porque en realidad estaba basada en lo que se había operado en San Pedro y que tenía que ver con consejos ciudadanos de personajes ilustres que iban a direccionar o dar un cierto aval a las decisiones de gobierno, o reglamentos, o cualquier cosa que decidiera el presidente municipal respecto al desarrollo urbano, seguridad, etc. Eran más bien Consejos de personajes ilustres y no la participación más amplia de la ciudadanía. Por eso cuando surge en el 2007 la inquietud de empujar una ley de participación ciudadana, Alianza Cívica se documenta con leyes de participación ciudadana que había en otras partes, la del DF, que está bastante interesante, e hicimos una propuesta donde ya contemplábamos el asunto de la iniciativa popular, los plebiscitos, referéndums, y lo que para nosotros es mucho más importante, las Asambleas Ciudadanas y los Consejos Ciudadanos.

     Lo de la Ley de Participación Ciudadana, a final de cuentas, se logró gracias a que participaron un grupo más amplio de organismos civiles. La propuesta la trabajamos nosotros y luego la pusimos a consideración de otros organismos civiles: Vertebra y el Foro Libre Democrático y otros; hubo también participación del Congreso local, académicos, etc. Esta ley se congeló y se revivió hasta el 2013 y se unió a la iniciativa Democracia Participativa y se replanteó la fundamentación: la participación ciudadana como un derecho humano.

     En el 2016 se aprueba en el Congreso local la Ley de Participación Ciudadana. Pero una cosa es lo que nosotros propusimos y otra cosa es lo que los partidos hicieron con la iniciativa. Hubo cambios en la ley, algunos se referían a la injerencia en la participación ciudadana de los poderes. El gobernador, los alcaldes, los diputados, también pueden convocar a consultas populares, lo cual es una tontería, ya que los ciudadanos debemos operar esa ley y los poderes están obligados a acatarla. Nosotros proponíamos la injerencia de la Comisión Estatal Electoral en la parte a la convocatoria de consultas ciudadanas, plebiscitos, y referéndums, y también en la parte de la conformación de las asambleas ciudadanas y sus consejos. En la ley meten al gobierno municipal como el que reconoce la validez de las asambleas.

GM: ¿Cuál es su proyecto de ciudadanía, su programa, sus objetivos al respecto?
AM: A partir del 2006, de las elecciones del 2006, organizadas por el IFE, donde había ya consejeros ciudadanos, las cosas cambiaron para Alianza Cívica; más que observación electoral, aunque se realizaba la observación de los aspectos principales que definían una elección limpia, transparente, se buscó que participaran ciudadanos confiables, cercanos a Alianza Cívica, en los Consejos electorales y, en parte, se logró ese objetivo. Sin embargo, la repartición de Consejeros por parte de los partidos dio al traste con la independencia que se pretendía con la ciudadanización de los órganos electorales. Seguimos pensando que las elecciones nunca han sido transparentes, nunca han sido claras y siempre ha habido elementos que de una u otra manera influyen para hacer que el voto se vaya hacia donde conviene a los poderes.

     Nuestros ejes de acción fueron cambiando. Fueron tres. En nuestra acta constitutiva se plantea que nuestra organización es defensora de derechos humanos, promover, dar a conocer, capacitar, monitorear los derechos humanos. Plantea más que nada los derechos políticos; de todos los derechos humanos nos enfocábamos a los derechos políticos de los ciudadanos, por eso la insistencia de que se respete el voto de los ciudadanos. El punto es que todo mundo sepa cuáles son sus derechos políticos, no nomás el derecho de votar y ser votado. Participar políticamente no quiere decir que participes solamente para ser miembro de una estructura de gobierno.

     Participar políticamente significa participar en lo público, hacer acciones que incidan en lo público, en las políticas públicas, que incidan en las leyes, en los reglamentos, en la manera de gobernar, a eso se refieren los derechos políticos. Se plantea ya no nada más ocuparnos de los procesos electorales, por lo tanto ampliamos en Alianza Cívica el horizonte.

     Otro aspecto que consideramos fue la cuestión de la corrupción, del manejo de los dineros públicos. Y un punto muy importante: la construcción de ciudadanía. Y este punto es fundamental, porque si no construimos ciudadanía los otros dos puntos mencionados de los derechos políticos no tienen ningún futuro, es decir, sin construcción de ciudadanía sólo vamos a observar las elecciones para ser simples testigos de primera mano de que se compra el voto, de que se coacciona a la gente, que se utiliza dinero para inducir a la gente a través de los medios masivos de comunicación. Y había que cambiar nuestros ejes de actuación para cambiar la situación de la que éramos testigos solamente.

     Nos proponemos ahora que la gente sepa que todos, todas las personas, tenemos derecho a participar en los asuntos públicos, en el barrio, en la colonia, y no se trata de que solamente los que tengan 18 o más participen, como en el caso de las elecciones. Nosotros impulsamos una participación ciudadana de todos, es decir, se trata de impulsar y promover una cultura que sea la base de la transformación de la sociedad.