GERSONGOM40920201

El dulce canto de las sirenas
Gerson Gómez

Monterrey.- En un país de enanos intelectuales, los creadores juegan con el poder. Son sus comparsas a todas horas. Imposible desprender la necesidad con la saciedad.

     Les crecen colmillos. Se les afilan las uñas. Por eso los vemos dar tumbos en las tribunas sociales. En los medios de pactotilla. Aparecen retratados con la más amplia de la sonrisa.

     Son sus apuestas para las áreas culturales. La manera de ganar puntos con notas buenas. El político les abraza y colma con buenos comentarios. Los invita a sus reuniones con tal de mostrar su dote incluyente.

     Al artista solo le queda la resignación de un puesto. De segundo o tercer orden. Con eso ya se sienten intocables. En el romance de la lucha de hacerse visibles con la opinión pública.

     Desde ya, muchos de ellos ya tocaron las puertas. Han pasado del PAN al PRI, al Independiente, al PRD y hasta Movimiento Ciudadano.

     La promesa de la presidencia de CONARTE, una dirección de cultura municipal o alguna beca para aprovechar sus conocimientos.

     Así se hace la política cultural en Nuevo León, en todo México. Ya hay muchos adelantados. Soñadores de ese estipendio fabuloso. Para salir de la mediocridad de cada una de sus ideas.