GOMEZ27072020

El Hanna y el desastre de la corrupción
Horacio Flores

Monterrey.- Como ya es una costumbre, la ciudad está hecha un desastre luego del paso del huracán; o más bien, el aguacero, porque el huracán nunca llegó.

     Cada vez que hay un aguacero “fuera de lo normal” (así nos dicen y normalmente esto ocurre en ciclos no mayores de 5 años), las calles se inundan, los ríos se desbordan y la infraestructura urbana en general, colapsa.

     Quedan al descubierto la falta de calidad de los materiales usados, de la falta de supervisión, o bien de las supervisiones “arregladas”; es decir, la corrupción es lo que se exhibe cuando llega el agua.

     Toda la obra pública tiene garantía de parte de las constructoras (así se estila en los contratos de obra pública), pero hasta hoy, no se sabe que se hayan hecho efectivas las garantías, o que se haya seguido algún proceso en contra de las constructoras o los funcionarios públicos responsables de las obras mal hechas.

     De inmediato los alcaldes y el gobernador se frotan las manos y buscan que se declare a Nuevo León (o por lo menos a las nueve ciudades del perímetro urbano), zona de desastre, para allegarse recursos del FONDEN, y así “reparar los daños”, con la misma deficiente calidad, y si se puede mayor, para que les deje para el “moche”; total, ellos ya se van. Inicia temprano el año de Hidalgo…

     Lo que flota en las aguas del Hanna es la corrupción; es el desaseo de los gobiernos corruptos lo que destroza las avenidas y pone en riesgo a la población; es el descuido de los funcionarios y su deshonestidad lo que hunde en la zozobra a nuestro estado, cada vez que un fenómeno natural ocurre.

     Por otro lado, destaca la solidaridad popular, el apoyo entre los pares, la hermandad que se ha construido entre el pueblo, merced el abandono de las autoridades. A ellos no engaña el tramposo discurso de los alcaldes nuevoleoneses, que dicen que la federación debe ocurrir en su socorro.

     Las autoridades deben aclarar las razones de fondo, mismos que ocasionan el desastre, e iniciar procesos judiciales en contra de los responsables.

     La corrupción debe desterrase, entre otras razones, porque atenta contra la seguridad, contra la vida de los ciudadanos…