GOMEZ12102020

El INE está en (más) problemas
Leticia Calderón Chelius

Ciudad de México.- Desde hace 30 años la misión central del Instituto Nacional Electoral I.N.E (antes IFE) ha sido la organización de los procesos electorales con todo lo que esto conllevan. No solo la organización de la jornada electoral, sino ésta como la culminación de una labor de sinnúmero de negociaciones, acuerdos y detalles técnicos, imposibles de detallar aquí.

     A la par de esta actividad, junto con la emisión de la credencial para votar con fotografía que desde hace décadas quedó bajo su tutela y se volvió el instrumento de identificación más reconocido en México a falta de un Documento de Identidad Jurídica Universal, la otra actividad sobre la que se fundamenta el mandato y el sentido mismo que tiene el INE para mostrar su eficiencia es la generación de elementos que contribuyan a la consolidación de una cultura cívica entre los mexicanos.

     Desafortunadamente, el debate en torno a la Primera Consulta Popular de nuestra historia esta mostrando que la misión fundamental del INE de impregnar a la ciudadanía del valor del voto como un instrumento por encima de las diferencias políticas y que el derecho a votar sea altamente valorado, esta quedando en entredicho.

     No es secreto para nadie que en diferentes medios de comunicación, redes sociales e incluso en el debate más íntimo como son los intercambios de grupos de whatsapp, hay quienes rechazan votar en la Consulta Popular arguyendo múltiples motivos que son menores al hecho mismo de tener un mecanismo legalmente aceptado desde 2014, para poner a debate un tema tan duro para toda sociedad, como es revisar y en su caso, si avanzara el SI como respuesta, buscar que se sancione el pasado político del país.

     En medio de este debate, personajes públicos, opinadores profesionales y comunicadores ampliamente reconocidos se han vuelto portavoces de la consigna de llamar a no votar. La ironía es que, al hacerlo, le están dando un golpe directo al INE al hacer evidente que el valor del ejercicio electoral en México aun es demasiado frágil, pues tal parece que entre un sector de la sociedad el voto todavía no se percibe como una conquista social sino como un mero trámite y, por tanto, en lugar de posicionarse frente al tema en cuestión, votando, están dispuestos a renunciar a este derecho y obligación ciudadana.

     Si para la democracia electoral esto no es una buena noticia porque muestra que la consolidación de una ciudanía plena aun esta en proceso, para el INE esto puede ser un debacle ya que se estaría demostrando que las miles de campañas, de proyectos, de producciones bibliográficas especializadas, entre muchas otras actividades realizadas por años desde el área de educación cívica para tratar de formar a la sociedad en el reconocimiento del voto como un mecanismo por el que vale la pena luchar y a través del cual expresarse en democracia, simplemente no han cuajado.

     El efecto negativo para el INE es aún peor cuando entre quienes descalifican el valor de esta consulta popular son expertos en el campo de lo electoral o figuras públicas que bien podrían convocar a una abierta participación para dar un primer paso en un proceso que seguramente será tan largo como suele ser la justicia transicional, pero insisten en desmotivar a la ciudadanía. Entonces ¿convocar a participar solo tiene sentido cuando es bajo un esquema y temas acotados? ¿dónde queda el derecho de opinar de la sociedad mexicana de la cantidad de temas que no necesariamente son la agenda de ciertos grupos?

     Por tanto, lejos del simple debate entre quienes llaman a votar y los que buscan descarrilar la consulta, esta disputa puede constituir un golpe directo a la credibilidad de una institución fundamental como es el INE y solo eso debería hacer que muchos reflexionen sobre la intención de pretender hacerle un vacío a la Consulta popular, cuando por el otro lado, se han movilizado miles de personas por todo el país para informar y organizarse, rebasando con mucho a la propia autoridad electoral. Un solo ejemplo lo cristaliza de manera gráfica, basta ver la propaganda oficial de parte del INE ya en circulación, que se puede considerar la más desangelada en su historia considerando su larga labor en este tema.

     En esta ocasión su mensaje se reduce principalmente a explicar las normas de higiene a seguir en la casilla, dado el contexto de la pandemia aún vigente. La impresión que queda es que, aunque el INE tiene un área especializada en comunicación e instrumentos de publicidad muy exitosos, parece que hubo una renuncia explicita a jugar con la otrora creatividad como el guiñó a la ciudadanía para invitarla a votar. Del “Ven y tomate la foto” al “Pero te peinas cuñado” que quedaron grabados en la memoria electoral mexicana no parece haber mucho y de seguir en la lógica de despreciar un día para votar, el riesgo para el INE es que acabe teniendo un papel meramente testimonial porque su misión de propiciar la participación electoral esta siendo ninguneada.

* Doctora en Ciencias Sociales por FLACSO-México
Profesora e investigadora del instituto Mora
Estudiosa de los derechos políticos en escenarios de migración internacional