El nuevo lenguaje
Gerson Gómez

Monterrey.- Nos agota cada día lo posible de lo imposible. Las luchas por la equidad. La necedad por convertir los actos históricos en desaprobatorios.

     Así Disney no puede ofrecer Los Tres Caballeros o la versión de algunas de las películas por consideración a la audiencia.

     Clasismo, racismo, burla. Son las adjetivaciones retóricas.

     Por ahora al hermano más oscuro de tez, ya no le podemos decir prieto, negro o mulato.

     O a la hermana con exceso de peso la gordita, gordibuena, la sabrosura.

     Se corre el riesgo de la moralidad exacerbada. El güero no es insulto. Sino clasismo. La pelirroja buena suerte, motivo de pellizco de los transeúntes.
La de ojos borrados o el afeminamiento o masculinidad explosiva.

     Nuestro mundo vuelto de cabeza. Las novelas, los ensayos, la poesía, la crónica, corre el riesgo editorial de la censura. El nuevo oscurantismo de las izquierdas intolerantes.

     Ya es imposible imaginar en la radio o los videos, con las canciones de Molotov, los shows de Whitchy Band, la ingrata de Café Tacuba, las fotografías de Nahui Olin, los cuadros de Julio Galán o el hiperrealismo de Arturo Rivera o el cine de Jodorosky.

     Debemos revisar en comunidad, tolerar y permitir, enviando al carajo, a quienes desean someter a la sociedad, al amparo de sus inconsistencias mentales.