ELECCIONES MONTERREY 2018
CUANDO LA CONSTANCIA DE MAYORIA ES UN SIMPLE PAPEL

La anulación de las elecciones en Monterrey finalmente pasa a ser una burla para la ciudadanía. Y hace que se pierda la confianza en los procesos electorales o que por los menos se les vea con pinzas.

   El hecho de que la Sala Superior del Tribunal del Poder Judicial de la Federación revierta un resultado producto de la votación en las urnas indica que alguien no hizo bien su tarea y que al repetir el proceso habrá más descalabros que aciertos.

   Sin duda los intereses que permean el tema son muchos y dejan un precedente para contendientes futuros: una elección se gana en las urnas, pero se puede perder en los tribunales. Votar no es garantía de triunfo. Los resultados también se negocian.

   En los pasos que siguen, es decir, repetir las elecciones, puede haber cartas marcadas y no faltará quién se venda al mejor postor. Además de que representa un gasto oneroso.

   En tiempos en que se cuenta con los avances tecnológicos necesarios para garantizar resultados transparentes, se imponen cortinas de humo y se da pie a que una mesa de negociaciones pueda más que la acción electoral.

   La confianza está de luto. El interés la mató. La democracia es aún una entelequia.