PEREZ17102022

Elsa Bojórquez
Ernesto Hernández Norzagaray

Mazatlán.- Nuevamente levanta la mano, aspira a convertirse en la candidata a la Presidencia del Ayuntamiento de Mazatlán por Morena y sus aliados.

Ya lo intentó en 2021, pero se le cruzó El Químico Luis Guillermo Benítez Torres, quien al no poder alcanzar la nominación a la gubernatura del estado, se conformó con la reelección y ahí estuvo en esa posición hasta que fue separado del cargo, para irse como titular de la secretaria de Turismo, hasta terminar en tribunales con medidas cautelares por presuntos actos de corrupción.

Elsa Bojórquez, en la primera administración de El Químico Benítez había ganado el cargo electo de Síndico Procurador, y le tomó la palabra a su par, quien había declarado a los medios que confiaba en ella y que él mismo estaría sujeto al trabajo de la contraloría pública.

Sin embargo, muy pronto se supo que era de dientes para afuera, pues Elsa tomó muy en serio su papel y observó críticamente decisiones que se tomaban en contra de la administración municipal, lo que fue provocando un distanciamiento que terminó con una denuncia ante la Comisión de Justicia de Morena por violencia de género.

Así que cuando todo indicaba que no sería la candidata en 2021, muchos morenistas fundadores la apoyaron para que fuera la candidata, pero no llegó, por no estar en el ánimo de Rubén Rocha Moya, el entonces candidato a gobernador, y el enroque que hizo El Químico Benítez, para volver a ser candidato al Ayuntamiento de Mazatlán.

Incluso, cuando el Congreso del Estado separó al Químico Benítez del cargo no pocos valoraron positivamente su desempeño como Síndica Procuradora y albergaron la idea de que sería ella la que lo relevaría por su indeclinable voluntad de lucha contra la corrupción.

Pero el ya gobernador Rocha Moya no la tenía en su radar, seguramente por su independencia y honestidad; y fue así como se inclinó por Edgar González, ahijado político del exgobernador Juan Millán, quien ha respondido a las expectativas que puso en él, e incluso, todo indica que dada su abierta precampaña buscará ser el candidato de la coalición “Juntos hacemos historia”.

Elsa Bojórquez, al no recibir la bendición del gobernador para que se desempeñara como alcaldesa sustituta, fue rescatada de la marginalidad política por Tere Guerra, titular de la Secretaría de la Mujer, y hasta el día de hoy es la responsable la Secretaría en Mazatlán, donde está haciendo un buen trabajo con un extraordinario equipo de mujeres entregadas a la causa femeninas en estado vulnerable del puerto.

Y precisamente esa entrega natural de Elsa a la mejor causa del morenismo la ha llevado a que sus compañeros y personajes de la sociedad civil estén impulsando nuevamente su candidatura a la alcaldía de Mazatlán en 2024.

¿Qué posibilidades tiene de ser ungida como defensora municipal de la cuarta transformación? Si nos vamos por sus credenciales académicas, son las máximas, porque es doctora en biología pesquera, con una dilatada experiencia en investigación y docencia; mejor todavía sus prendas políticas, pues quizá es la funcionaria del sur que mejor ha interpretado el libreto de justicia que dio origen a Morena.

Pero esa podría ser su mayor debilidad; Elsa es una persona trabajadora y honesta y ese no es el perfil en un gobierno que en los hechos maneja el principio de que antes que la capacidad está la lealtad –el famoso 90-10– pero no a la idea justiciera, sino a quien pretende ser el factótum en la selección de candidatos para 2024.

Ya el gobernador dijo sin oposición que el candidato al Senado de la República será Enrique Inzunza, su secretario de Gobierno, y probablemente en mancuerna con su ahijado Juan de Dios Gámez, alcalde de Culiacán, lo que ha llevado a que marginada y molesta Merary Villegas, la dirigente estatal de Morena, haya tomado distancia y hable de su candidatura a la alcaldía de Culiacán, y no como quien estatuariamente conduzca la definición de candidaturas.

Es decir, si la dirigencia y el morenismo de a pie no revierten el intento del gobernador de ser el factótum en la selección de candidatos, será él, y sólo él, quien tome en sus manos el proceso y conforme a sus intereses defina todo lo que le sea posible para tener una representación acorde a su propósito autocrático de la segunda mitad de su mandato.

Al tiempo.