GOMEZ12102020

En este pueblo si hay ladrones
Ismael Vidales

Monterrey.- “En este pueblo no hay ladrones” es un cuento corto escrito por Gabriel García Márquez en el que se narran los avatares de un pequeño pueblo que de pronto ve alterada su plácida existencia al descubrir que alguien ha robado tres bolas del billar que es el único centro de diversión del pueblo. Dámaso, un muchacho joven y próximo a ser papá, es el ladrón al que acosan sentimientos de culpabilidad cuando un inocente va a ser juzgado por este delito, y decide devolver las bolas y hacerse cargo de su acción.

     Desgraciadamente, en este país nunca ocurrirá un hecho similar, porque EN ESTE PUEBLO SI HAY LADRONES que están lejos del remordimiento y la vergüenza, y saben por qué, porque son unos psicópatas, no tienen aparato de censura, no son capaces de proceder con apego a la ética y la moral, como dijo “El alazán tostado” (Gonzalo N. Santos, Gobernador de San Luis Potosí 1943-1949) cuando se le preguntó si conocía la moral y respondió: “Claro, es un árbol que da moras”.

     Estos psicópatas no son como el personaje que inmortalizaron en la película “Psicosis” en genial director Alfred Hitchcock y el actor Anthony Perkins, estos son peores, son muchos y la mayoría conforman la clase política del país, los cuerpos policiacos y un sector de empresarios lavadores de dinero mal habido; tienen en común que viajan en clase Premier y viven en mansiones faraónicas disfrutando fortunas que no provienen del trabajo honesto, todos cobijados por el gran manto de corrupción e impunidad que ha necrosado las fibras más sensibles del tejido social.

     En este pueblo si hay ladrones y jamás imitarán a Dámaso, devolviendo lo que han robado. Es grotesca la siguiente comparación, pero tengo que hacerla: el biólogo holandés Frans de Waal en su libro “Primates y Filósofos. La evolución de la moral del simio al hombre” (Paidós Ibérica 2007), dice que hay evidencias científicas de que los monos y chimpancés poseen empatía, reciprocidad y sentido de justicia, lo cual significa que los monos y chimpancés tienen rudimentos de ética y moral, y en ese sentido me parecen superiores a muchos políticos mexicanos.

     Hace varios años un grupo de científicos ingleses estudió a prisioneros psicópatas; la investigación reveló que los grupos con mayor tendencia a la psicopatía son los políticos, los policías, los hombres de negocios, y el clero suprior. ¿Y saben por qué? Porque la mayoría de estas personas aman el poder y se aferran a él de tal forma que son capaces de cometer verdaderas indecencias, manipulan a los demás, son adictos a la fama, al culto a la personalidad y son mentirosos compulsivos. Algunos llegan a estar convencidos de que son los salvadores de la humanidad, y que actúan “sacrificándose por el pueblo”, y lo más grave es que esta gente no tiene remedio.

     El investigador norteamericano (en la foto) Harold D. Lasswell (1902-1978), estudió a un amplio grupo de políticos, los resultados los publicó en su libro Psicopatología y política (1930). En este libro deja claro que algunos políticos, cuando adquieren el poder, actúan de manera desquiciada como verdaderos psicópatas, desconectados de la realidad. Si alguien mira la realidad de forma diferente a ellos, los consideran inadaptados, como el rey del Conde Lucanor que iba desnudo y sólo su cochero pudo verlo así, mientras todo el pueblo lo veía envuelto en galas inexistentes. El poder los convierte en seres insaciables de riqueza, de aduladores, y de servidores incondicionales.

     Los ciudadanos debiésemos impedir que los políticos acumulen tanto poder para que el sueño ciudadano de vivir democráticamente, con apego a la cultura de la legalidad y en un Estado de Derecho, con un sistema de valores éticos, cívicos y morales sea realmente alcanzable. ¡Sólo el empoderamiento ciudadano puede impedir a los políticos la reelección y exigirles la rendición de cuentas!

     Dicen los investigadores que el 6 por ciento de la población nace con patología psicópata, yo no entiendo cómo se multiplican y se ubican exactamente en la élite que nos gobierna. ¿Usted, si?

Su tesis doctoral fue publicada cuando Lasswell contaba 25 años “Propaganda Technique in the World War I” (Nueva York, 1927), a la que siguió, en 1930, “Psychopathology and Politics”, donde aplica conceptos de psicología clínica al estudio de los actores políticos, económicos y religiosos. Posteriormente, se centra en la investigación aplicada en los campos de la propaganda política y la comunicación masiva, en los que se centrará buena parte de su muy amplia obra.