GOMEZ12102020

En memoria a Raúl Ramos Zavala
Arturo Huerta González

Ciudad de México.- A Raúl Ramos lo conocí desde la Prepa 1; éramos de la misma generación, pero en salones de clase diferentes. Desde entonces destacaba en los mítines y asambleas estudiantiles, como en su presencia en los movimientos de obreros de la época.

En la Facultad de Economía iba un semestre adelante, pues el entró en septiembre de 1964 y yo en febrero de 1965. La amistad se estrechó en 1968, con el movimiento estudiantil, año en que ingresé a la Juventud Comunista, de la cual él había sido el dirigente principal, y en ese año Eduardo González lo sustituyó. En varias ocasiones acompañé a Raúl a realizar mítines relámpagos en los camiones, como en las calles del centro de la ciudad. Recuerdo que también fuimos a la oficina de Correos, ubicada en el Palacio Federal, donde él se subió a una de las grandes mesas del Correo para dar su discurso. Varias veces fui a su casa, ubicada en la calle Washington cerca de la calle Juárez, donde conocí a Lupita Rodríguez, que era muy amiga de él. En una ocasión que fui a la ciudad de México, en 1969, lo ubiqué en la entonces Escuela de Economía de la UNAM, donde él daba clases; y me enseñó con mucho orgullo a una profesora del Partido Comunista, de la cual soy muy amigo y de hecho le pedí unas notas para esta ocasión. Raúl me llevó donde estaba la estatua de Miguel Alemán (a un lado de la Escuela de Economía y de la Ciencias Políticas) que semanas antes le habían puesto un artefacto y después las autoridades la retiraron.

La última vez que vi a Raúl, fue a principios de enero de 1970, cuando se casó en Monterrey.

En una ocasión, un compañero de la Facultad, comparando a Raúl Ramos y a Eduardo González, dijo que uno era un buen estratega y el otro era un buen analista del corto plazo. No recuerdo quién tenía el primer calificativo y quién el segundo; para mí los dos tenían una visión estratégica y de corto plazo. Lo que sí recuerdo es que Eduardo, en 1968-1969, decía que teníamos que prepararnos bien, pues la lucha era de largo plazo. Y de ahí que yo me fui a estudiar a Chile, a inicios de 1970 (donde la izquierda había conquistado la Facultad de Economía, a la cual pertenecía la Maestría de Ecolatina) y Eduardo González se fue a inicios de 1971. Eduardo viajó a México a fines de enero de 1972, porque iban a operar a su padre; y me dijo que llegando a la capital, en un quiosco de periódicos del Zócalo se enteró de la muerte de Raúl, lo cual fue un duro golpe, dada la gran amistad y trabajo conjunto que habían realizado en la Juventud Comunista, como en la Universidad de Nuevo León.

La guerrilla llevó a que murieran jóvenes brillantes, que si vivieran, este país sería diferente, pues los llamados políticos de izquierda predominantes no han tenido la lucidez e inteligencia para organizar, sumar fuerzas y descontentos para lograr los niveles de concientización y movilización necesarios para transformar al país.

* Texto preparado para su lectura en el Homenaje a Raúl Ramos Zavala, Ciudad de México, 6 de febrero de 2022.