Son los escritores los que deciden cuándo una vivencia se puede transformar en un poema y don Mario Garza Elizondo (Monterrey, N.L., 1958) sabe muy bien cómo transformar sus vivencias en estos «Versos ambulantes»*.
A don Mario le basta con observar el entorno y catapultar sus impresiones mediante la herramienta de un lenguaje coloquial, práctico, cómodo, funcional y muy efectivo porque lleva la esencia de sus intenciones estéticas hasta el nivel literario que él se propone.
Su poesía es una poesía al alcance de todos: clara, fluida, tradicional, apoyada en la técnica de la observación inmediata, esto es: “veo-siento-escribo”.
Esto, felizmente, hace que su temática sea muy diversa: filosofía, amor, tristeza, muerte, motivación, familia, clima, soledad, fiesta, arte, esperanza… y todo con la sencillez que caracteriza a don Mario en su trato personal.
Estamos ante un libro que refleja con exactitud la calidad espiritual de su autor, y para muestra unos ejemplos: “Padre, mi querido amigo, / hoy te recuerdo añorante; / los años por mí han pasado, / hoy ya no puedo abrazarte” (PADRE, p. 29), “Viento fresco, / mañana gris, / aire de otoño, / olor a leña. (…) / Otoño en el alma, / alegras mis ojos, / te siente la piel, / bienvenido seas” (OTOÑO, p. 30-31), “Medir los días, / sumar cantidades, (…). / conocer lugares, / aprender historias, (…). / Tener dinero, / comprar cosas bellas, (…). / Ser erudito o ser albañil, (…) / Ser muy sociable o / ser ermitaño, (…). / Hagas lo que hagas, / seas lo que seas, / uno se va, todo se queda” (UNO SE VA, TODO SE QUEDA, p. 70).
Esto me recuerda que al escribir, los escritores nos desnudamos, es decir, nos desvinculamos de todos los prejuicios sociales para compartir, con absoluta integridad, el caudal de nuestro intelecto, sin reparar en el “qué dirán”, “qué pensarán” o “que harán” los demás. De otro modo, no habría libertad creativa. Y eso es precisamente lo que hace don Mario Garza Elizondo en este poemario.
Finalmente, en mi travesía visual por este volumen, he espigado algunos «Versos ambulantes» muy notables: “Cuando el día es gris, / (…) tu sonrisa / (…) da claridad al día” (p. 67), “él (…) / (…) vivió su vida, / larga como costa, / intensa como el mar” (p. 22), “A la naturaleza lloramos (…) / lágrimas de sangre helada” (p. 37), “Cada momento que transcurre / (…) / sé que es irrepetible” (p. 24), “puedo escribir tristezas / con la pluma de mi alma” (p. 48), “Mientras yo viva, / necesito (…) / vibrar con los amaneceres / (…) / refrescar mi cara en tus mares” (p. 39).
Como vemos, la poesía proviene de la vida y cada quien la escribe a su manera. Don Mario ha sabido dimensionar el alcance de su estética, es decir, de su visión y percepción de la vida, o más apropiadamente, de su vida.
*Mario Garza Elizondo. «Versos ambulantes». Monterrey, N.L., Edit. Los Ojos de Eva, 2022. 80 pp.