PEREZ17102022

ENTRE LIBROS
«La superficie de las horas», de Adriana Flores Tanguma
Mara Espinosa

Monterrey.- Tal vez, sin proponérselo, Adriana Flores Tanguma se ha unido al clamor, cada vez más fuerte, de voces por la erradicación del patriarcado o quizá esa fue la intención al publicar las historias contenidas en «La Superficie de la Horas»*.

¿Cuáles horas? Acaso aquellas normales para nuestras abuelas, nuestras madres, las conocidas por experiencia propia o de oídas: las horas insomnes, las horas impotentes, las dolorosas, las del llanto en silencio, las de soledad como constante o nueva forma de vida, etc.

Este no es un libro de autoayuda, pero acaso al leerlo se haga algo de luz en la oscuridad que todavía a muchas nos envuelve. En este repertorio, cada historia es un grito, una denuncia, una revelación de sentimientos que por generaciones se aprendió y se obligó a callar.

Hoy ya no es lo mismo. Poco a poco, a veces tímidamente y, otras, decididas y trasgresoras, las mujeres hablamos, decimos, denunciamos, hacemos nuestros los foros, el arte, las redes sociales, para apuntar “¡Ya basta!”, para conocernos y reconocernos, pues el conocimiento nos hace conscientes y porque ahí empieza el camino hacia la libertad.

El anhelo de encontrar el amor atraviesa todo el libro, pero también muchas preguntas surgen en cada ficción, preguntas que nos llevan a reflexionar sobre los temas que, si bien, antes eran escandalosos, en la actualidad son preguntas frecuentes ante la revolución que se está generando, ante el hartazgo porque la nueva mujer ya no se conforma con el papel de sumisión que se pretende asuma todavía, para exponer que fuimos las madres por condena, la mujer asexuada, víctimas silenciosas, piernas clausuradas por una sociedad hipócrita y machista. Para hablar de una forma social basada en la supremacía de un género empoderado por la sumisión obligada moral, social y religiosa del otro.

Suena hilarante, pero la lucha de los géneros es la lucha de los sexos. ¿Por qué la sexualidad natural e instintiva tiene que ser privilegio de los hombres? ¿Por qué está normalizada la infidelidad masculina, mientras que a la mujer se le estigmatiza por lo mismo? Y es una lucha que probablemente nació con el concepto de propiedad: “Esto es mío y nadie lo toca”. Lo malo es que el derecho de propiedad se lo arrogó, otra vez, un género sobre el otro.

Este libro no es un libro de cuentos. Puede ser un espejo, un manual para identificar micromachismos, un documento para nuestras hijas y nietas, tal vez una lectura que esperamos resulte extraña cuando, nuevas generaciones, vivan otra realidad, pero ¡ojo! No es un libro sólo para mujeres: ¡hombres, asómense al espejo!


*Adriana Concepción Flores Tanguma. «La superficie de las horas y varios cuentos». Santiago, N.L., Ediciones Morgana, 2022. 103 pp.