Monterrey.- En el uso del lenguaje casi todos padecemos de diglosia o sea que hablamos dos lenguas: una en la casa y la cátedra, la otra en la cantina y en la calle.
Decimos, por ejemplo: “pompis” en vez de nalgas; “del uno” en vez de orinar; “del dos”, en vez de defecar. Sofisticadamente decimos: “flotación del peso” en vez de devaluación; “juventud acumulada” en vez de viejo; “pobreza extrema” en vez de muerto de hambre; “reingeniería humana” en vez de despidos masivos, “sexoservidora” en vez de pu..; “table dance” en vez de zumbido o congal.
Utilizamos palabras que no expresan en verdad lo que debieran, por ejemplo: “mamacita”, no es una mamá pequeña; “hierba” no es la que crece en el jardín; “conejita” no es la hembra del conejo; “nachitas” no son las mujeres que se llaman Ignacia; y “coca” no es un refresco de cola o cafeína.
Es así como surgen: dichos, endechas, consejas, refranes, juegos de palabras, albures, acertijos, epigramas, palíndromos y calambures. Veamos algunos ejemplos de los tres últimos.
El Epigrama.- Es un pensamiento ingenioso o satírico con gran precisión y agudeza. Hay muchos especialistas, el más famoso fue don Francisco de Quevedo, de quien les ofrezco el caso de un peluquero que se instaló en el segundo piso de una casa pero ya había en el primero otra similar, pero para ahorrarse dinero, convinieron ambos “artistas de la tijera” en instalar un sólo anuncio, de ahí el epigrama siguiente:
Un peluquero existía,
muerto de hambre y harto vicio,
pero al anunciar su oficio,
las reglas no obedecía.
Por eso alquiló un tendajo,
donde el pelo cortaría,
y para ahorrarse el anuncio,
el letrero rezaría:
“Se arregla y se corta el pelo,
el de arriba y el de abajo”.
Los Palindromos.- Son construcciones que se leen de igual forma comenzando de izquierda a derecha que de la derecha hacia la izquierda. Miguel González Avelar (1937-2011), ex Secretario de Educación (que pasó sin pena ni gloria, bueno, se casó con la hermana de Raúl Vale) tenía bien ganada fama de ser un especialista a raíz de la publicación de su libro “Palindromía” redactado totalmente en tal forma. Ejemplos de palíndromos: La ruta natural; La ruta nos aportó otro paso natural; Anita lava la tina; Nada soy, Adan; No tardes y sed ratón; Anita la gorda lagartona, no traga la droga latina.
Los Calambures.- Son expresiones que se escuchan igual cuando acomodamos las sílabas iguales para producir significados distintos, por ejemplo: Aquí yaces y haces bien, tú descasas, yo también; Diamantes que fueron antes de amantes de su mujer.
Para finalizar, diremos que el propio Miguel de Cervantes Saavedra tiene en El Quijote la expresión siguiente: “El cura pidió las llaves a la sobrina del aposento” cuando en realidad se refiere a la sobrina del cura, pues el aposento no podría tener sobrina.
Prestigiados escritores como Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska han utilizado en sus escritos: “No deis margaritas a los cerdos” cuando en Mateo 7:6 se lee “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”.
Otros escritores han expresado erróneamente que Jesús dijo en el pasaje de la mujer adúltera “Aquel de ustedes que no tenga pecado que le tire la primera piedra” cuando las piedras no estaban numeradas de la 1, 2, 3 etc. y lo que se lee en Juan 8:7 es: “que sea el primero en lanzar la piedra”.
Sigamos divirtiéndonos con todo este florilegio de producciones ingeniosas de nuestro idioma, al contestar cite algo más de este idioma tan bello que tenemos, por ejemplo, hay le va esto que parece refrán: “Mucho ruido y pocas nueces”. ¿Sabe quién es el autor de esta comedia romántica puesta en escena en 1612?
Monterrey.- En Taxi por Guadalajara
Es de noche. Rosario y Eustoquio van en la parte trasera de un taxi. Solo se ven ellos dos en el asiento de atrás, al taxista a veces se le ve un hombro o una pequeña parte del rostro sin hacer alusión a su personalidad.
Rosario.- Es muy raro que Víctor y Lupita nos hayan invitado a cenar a su casa… Con lo raros que son… ¿No se te hacen raros?
Eustoquio.- ¡Épale, Rosario! No te vayas a morder la lengua…
Rosario.- Pues de perdido Víctor está guapo… En eso sí envidio a Lupita.
Eustoquio.- No me digas que te gustan panzones y orejones… (Hace una pausa y se toca la barriga) ¡Mejor me callo!
Rosario.- Si, Eustoquio… Calladito te ves más bonito.
Eustoquio.- Y tú calladita te ves más inteligente.
Rosario.- ¡Ay, si! ¡A ti te dicen el Albert Einstein me imagino!
Eustoquio.- De perdido sé que al cocinar un huevo se le echa primero el aceite al sartén… ¡No el huevo!
Rosario.- Ahora resulta que tú eres un gran chef.
Eustoquio.-Pues tú cocinas muy raro… ¿Quién te enseñó a cocinar? ¿Una bruja?
Rosario.- Mi mamá…
Eustoquio.- ¡No te digo!
Rosario.- ¡Ya cállate! En lugar de ir a cenar deberías de llevarme a escuchar música… Andamos de paseo en Guadalajara y ya sabes las ganas que tengo de conocer a Carlos Cuevas… ¡Cómo me encanta ese señor!
Eustoquio.- ¿Ir a escuchar música al canal 4? ¿Y qué todos nos vean en la tele si salimos?
Rosario.- Pues si me da algo de vergüenza… Pero estaba pensando que te puedes esconder para que no me vean contigo…
Eustoquio.- (Imita a Carlos Cuevas) ¡Venga de ahí!
Rosario.- Ese señor está bien guapo.
Eustoquio.- (Sigue imitando a Carlos Cuevas) Y ahora un bolero ¡Venga de ahí! ¡Por favor, Rosario, que le ves a ese señor que dice que canta! Lo único que sabe es gritar: “¡Venga de ahí!”.
Rosario.- ¡Pues me encanta!
Eustoquio.- Mmmmmmm… (Mira el interior del taxi) Oye, sabías que muchas parejas hacen el amor en los taxis mientras se pasean por la ciudad…
Cuando el taxista habla por primera vez, no sale a cuadro, solo se oye la voz.
Taxista.- Si quieren los llevo a un hotel…
Eustoquio.- (Al taxista)¿Perdón?
Taxista.- (Alterado) ¡A un hotel! No quiero que hagan sus cosas aquí en mi carro… ¡Lo acabo de lavar! ¿Saben cuento sale el Car Wash?
La toma se va alejando poco a poco y se puede observar al taxista, es Carlos Cuevas.
Eustoquio se sorprende al ver al taxista y lo reconoce. Jala de las mangas a Rosario. Rosario se queda con la boca abierta.
Eustoquio.- (A Rosario) Es el… Es el… ¡Míralo! Señor Cuevas, don Carlos Cuevas… No sabe cuánto lo admiro y me gusta como canta… (Pausa)… Además, ¡está muy guapo!
Taxista.- Hey… Hey… Lo del hotel era para ustedes dos solos… A mí no me gustan esas cosas.
Rosario.- ¿Cómo está, señor?
Taxista.- (Extrañado) Pues… Pues bien…
Eustoquio.- Oiga señor Cuevas, don Carlos Cuevas, yo no sabía que en sus ratos libres le metía a la ruleteada…
Taxista.- ¡Yo no soy ese señor! En la base dicen que me parezco, pero la verdad yo estoy más guapo…
Eustoquio.- Si… Eso es cierto…
Rosario.- ¿Qué?
Eustoquio.- Digo… Que si es cierto que se parece a Carlos Cuevas…
Taxista.- Ustedes dicen donde doy vuelta.
Rosario y Eustoquio ven a ambos lados y cada quien apunta a un lugar distinto.
Rosario y Eustoquio.- (Al mismo tiempo)¡Por aquí…!
Taxista.- Digo… Si quieren pido otro taxi para que cada quien jale p´a su lado.
Eustoquio.- Pero si le di la dirección en un papel, creo que con eso tiene para llevarnos.
Rosario.- Eustoquio… No le diste ningún papel… ¿estás loquito o qué? Esas son las cosas que me dan miedo de ti.
El taxista levanta la mano y agita un papel escrito.
Eustoquio.- A ver… ¿Ahora quién es el que debe sentir miedo de quién? Señor Cuevas, don Carlos Cuevas, tire ese papelito ¿Podría dar la vuelta y regresar?
Taxista.- Yo no soy ese señor, a ver si ya van dejando de decirme así… En la base me dicen “El Tuercas”.
Eustoquio.- (Queriendo hacer un chiste) ¿Por qué le falta un tornillo?
Taxista.- Porque aprieto el pescuezo de los que me caen gordos… así… Como tuerca.
Cuando el taxista dice tuerca hace un ademán de apretar con fuerza girando ambas manos. Eustoquio se recarga en el asiento asustado.
Rosario.- ¿Por qué por allá? ¿No vamos a ir a cenar?
Eustoquio.- No… vamos a escuchar música… señor “tuercas” Cuevas… ¡Llévenos al canal 4! ¡Por favor!
Taxista.- (Doblando el volante) Volando…
Rosario.- (Le da un beso a Eustoquio) Te quiero…
Eustoquio.- (Le regresa el beso) Yo también…