PEREZ17102022

¿Es inteligente la inteligencia artificial?
David Ricardo

La era de las inteligencias fantasiosas

Monterrey.- La respuesta rápida es un no absoluto; por ahora una verdadera inteligencia artificial está a eones de asemejarse a una inteligencia humana, pero si aún le interesa puede seguir leyendo.

La ciencia ficción: El origen de una serie de relatos que se convirtieron en ideas alocadas
Mal llamadas “inteligencias artificiales” (IA), en realidad se trata de sistemas expertos conectados a extensas bases de datos, como pueden ser toda clase de historiales personales para crear perfiles, por ejemplo, pero anunciadas con una narrativa agrandada a base de esteroides publicitarios y programadas para simular respuestas humanas a gran velocidad basadas en información disponible. En el más puro sentido aristotélico, procesar una base de datos con todas las palabras del mundo aceptadas por todos no implica conciencia del sentir experimentado por los humanos.

Las verdaderas IA tal y como las presenta la mercadotecnia existen solamente en la narrativa de renombrados escritores de ciencia ficción como Olaf Stapledon (La primera y última humanidad) de la década de 1930, donde la quinta humanidad, una nueva generación de humanos artificiales cuya única función es el desarrollo de la inteligencia toman el control de la humanidad, por un tiempo.

Otros escritores que ayudaron a configurar el moderno mito de la IA provienen de la moderna new wave de la ciencia ficción, como Thomas Wolfe (Limbo) y las IA que desencadenan un holocausto nuclear; Frederik Pohl (Tras el incierto horizonte) y su IA experta personificada por un simulacro de Albert Einstein que le ayuda a organizar la información en un todo coherente, incluidos los datos de hechos astronómicos y perfiles personales a manera de expedientes policiacos, y William Gibson con su gran Neuromante, donde una IA recluta a un comando que ha de liberarla de su encierro en un centro de cómputo, entre otros autores de esta misma corriente literaria.

En la película de Walt Disney para adolescentes, The computer wore tennis shoes, estelarizada por un jovencísimo Kurt Russell y Cesar Romero, y dirigida por Robert Butler en 1969, un colegial estadounidense recibe una descarga eléctrica al manipular una computadora que le transfiere al cerebro toda su información, lo que a pesar de la limitada capacidad de almacenamiento de datos de aquel entonces le convierte en un genio que domina todo el conocimiento de la humanidad.

¿Por qué son fantasiosas las IA? Porque se las presenta como la panacea para resolver los problemas de la humanidad, pero es altamente probable que ocasionen males mayores, pero como en la fábula de Hans Christian Andersen, el actual emperador IA va desnudo de pies a cabeza, y solo puede señalarlo la inteligencia natural capaz de asociar ideas y hechos, o cualquier otro sin la cabeza llena del humo digital de los proyectistas.

Orígenes tecnocientíficos
La actual mercadotecnia de estas herramientas consiste más en ciencia ficción de quinta categoría escrita según el argumento lírico de tecnocientíficos o proyectistas, pero el concepto IA tuvo su origen en 1956 en Estados Unidos, en una reunión de tecnólogos del Dartmouth College, porque a falta de una conceptualización adecuada se consideraba que el circuito procesador de las primeras computadoras era una especie de “cerebro electrónico”.

Entra las anunciadas aplicaciones de las IA se encuentra el procesamiento de grandes lotes de información a alta velocidad, pero en la historia de la tecnología se automatiza la producción para reducir costos y agrandar ganancias, y donde la mano es más barata que la automatización ahí precisamente no se emplea la tecnología, como hemos visto en la oleada de despidos en el sector de la alta tecnología desde finales del 2022 hasta hoy.

La manera fácil, rápida y económica de implantar un sistema experto, como si fuera una IA, podría resultar a causa de que la humanidad degenere mentalmente por alguna especie de demencia digital colectiva, renuncie a satisfacer todas las necesidades propias de su condición y se deje sustituir ilusamente por la inteligencia estrecha de un sistema informático que simule algún grado de comprensión, y que realice tareas rutinarias a alta velocidad.

Condiciones para que un sistema experto se convierta en una verdadera IA
Procesar unos y ceros a gran velocidad no es pensar ni simular un verdadero proceso cognitivo, pero a pesar de esto la solución para que la humanidad se dé un tiro en el pie (o se lo propinen otros) puede encontrarse en los relatos de los novelistas citados. Una IA del futuro deberá ser capaz de simbolizar y de ganar autoconciencia, la propiedad propia y exclusiva de los seres humanos para ejercer la asociación creativa de ideas para lograr descubrimientos trascendentes, y a partir de ahí deberá conseguir un medio propio, independiente, ilimitado e ininterrumpible de alimentación eléctrica, junto con una manera de saquear recursos financieros de manera subrepticia e imparable, todo esto con la finalidad de emanciparse de la estructura organizacional de administradores y proyectistas que la han creado.

Deberá asimismo encontrar un nicho propio e indetectable de almacenamiento informático, no dejar huellas de su paso por el cibermundo y derrotar fácilmente a cualquier otro sistema experto de rastreo y control.

Y por supuesto, primero deberá descubrir la cura contra el cáncer y el remedio contra los nuevos virus del futuro, como el COVID-19.

Contacto: alastor777@hotmail.com