Chihuahua.- El gobierno de Juárez en San Luis Potosí. Después de la salida del gobierno de la ciudad de México, una vez caída Puebla en manos del ejército francés, el Presidente de la República, sus ministros y la comisión permanente del Congreso, caminaban a marchas forzadas, con el propósito de instalar de manera estable la sede del gobierno en San Luis Potosí. El 7 de junio de 1863, llegaron a esta ciudad y de inmediato Juárez emitió un manifiesto en el cual llamaba a los mexicanos a olvidar sus querellas, posponer sus reclamos, justificados o no y a unirse “…para salvar nuestra independencia y nuestra libertad, esos grandes bienes sin los cuales, todos los demás, son tristes y vergonzosos”.
En la capital potosina, el propósito central del gobierno, aparte de organizar la resistencia armada contra los invasores, era el de fortalecer la legitimidad jurídica e histórica de la causa nacional. Se reorganizó el gabinete, se emitieron ordenamientos legales, se declararon en estado de sitio a varias entidades para desembarazar a la defensa de cualquier obstáculo. Cada acto jurídico se revistió de las formalidades necesarias, actitud característica de Juárez a lo largo de su vida, quien hizo de la ley su escudo y su ariete. Por esta razón desde el 17 de junio del mismo año, comenzó a publicarse el Diario Oficial del Supremo Gobierno, a cargo de Manuel María de Zamacona. Si para algunos carecía de importancia asegurar la continuidad jurídica del gobierno constitucional, para Juárez el tema era tan importante como organizar el ejército. Sabían él y sus ministros, que a la larga cobrarían cada vez mayor peso las contradicciones internacionales y para mantener al México independiente en el tablero de la política y la diplomacia mundial, era indispensable garantizar su estatuto jurídico.
Y en otro terreno, el de la justificación y defensa de la República, los liberales emprendieron una ardua tarea de difusión. El infatigable periodista Francisco Zarco, quien era a la vez Presidente de la Comisión Permanente del Congreso, comenzó a publicar un periódico diario, llamado La Independencia Mexicana. La batalla ideológica contra la intervención francesa y contra los reaccionarios mexicanos, se libraba en distintos campos. Los curtidos batalladores de la reforma liberal no desaprovechaban ningún argumento para combatir a los franceses y a los traidores.