Por lo regular se maneja un discurso sustentado en la camaradería, honradez, respeto y democracia; nada más lejos de la corrupta realidad que acontece al interior, por debajo, es decir, “rastreramente”, o “en lo oscurito” de cada una de ellas, entre traiciones, contubernios, rapiña y cochupos.
Helas aquí: “El que no transa no alcanza”, “El pez por su boca muere”, “Es el mismo circo, solo cambian los payasos”, “Nos dieron gato por liebre”, “No la brincan sin huarache”, “Si te mueves no sales en la foto”, “Es la misma carreta, nada más cambian los bueyes”...
Creo, la que mejor aplica en todos los casos, es: “La corrupción somos todos”.