PEREZ17102022

Geopolítica
Samuel Schmidt

Austin.- Fidel Castro no era comunista, pero Estados Unidos esperaba una revolución gatopardista, sin cambios para sus intereses; y tan proclives que son a las sanciones, lo empujaron a los brazos de la Unión Soviética. Desde entonces se empecinaron en castigar a Cuba, luchando contra el comunismo y no los derrotan.

Con Rusia parecen estar cometiendo el mismo error: prevalece su anti rusismo que los lleva a castigar a Putin y terminan empujándolo a los brazos de China.

Pero pensemos en otra opción, aunque sea una pura especulación basada en actos que suceden.

Putin se sentó en la mesa de diseño geoestratégico y dijo: Me quede con Crimea y no me afectaron mayormente las sanciones que me impusieron. Mis oligarcas adquieren cada vez más intereses en el mundo occidental y tengo sujeta a Europa con mi capacidad petrolera y de producción de gas. Voy a quedarme con toda Ucrania, su riqueza agrícola y recursos naturales.

Estados Unidos aprovechará la oportunidad para encabezar una guerra en mi contra que arrastrará a Europa generándoles una fuerte presión económica, agravada por el impacto recesivo e inflacionario efecto de la pandemia. Usaré petróleo y gas como armas y un invierno frío los doblegará. Las empresas petroleras aprovecharán la guerra para subir los precios escandalosamente, lo que nos beneficiará y compensará cualquier sanción económica que se nos imponga. Recurriremos al mercado para vender los productos que sancionen y Europa comprará nuestro gas y petróleo a precios inflados.

Promovemos la paz entre Arabia Saudita e Irán, los saudíes recortan la producción de petróleo lo que incrementará el precio del petróleo, con lo que de nuevo ganamos, dificultando las posibilidades de recuperación y crecimiento económico. Esto cambiará la correlación de fuerzas en el Medio Oriente, que distraerá a Estados Unidos, ocupado por sus batallas internas en torno a la inflación y la recesión.

Aprovecharemos la guerra para crear una nueva alianza, nos acercaremos a China, Irán, Corea del Norte, si es posible a India y a potencias latinoamericanas, que tradicionalmente han sido maltratados por Estados Unidos. China nos dará apoyo político, financiero y tal vez armas. Irán nos apoyará con drones y tensando el conflicto Israel-Palestina, especialmente desde Gaza, Siria y Líbano. Se podrá activar la acción desestabilizadora de los extremistas musulmanes en Europa. Corea seguirá provocando a Japón y aumentando sus amenazas de conflicto nuclear; yo sumaré la amenaza de guerra nuclear para introducir pánico en el mundo y consolidaré a la federación rusa.

India y China nos apoyarán para vender gas y petróleo. China nos ayudará a alejar a América Latina de Estados Unidos, Brasil se alinea con nosotros y México juega un papel ambiguo que nos beneficia.

Apoyaremos el proyecto de expansión chino, creando el mayor mercado del mundo y ayudaremos a debilitar al dólar en el mundo. Impulsaremos que bloques económicos como los BRIC abandonen al dólar. Estados Unidos tendrá que pensar dos veces sus provocaciones a China, ante la amenaza de que esta lance sus reservas de dólares al mercado.

Utilizaremos las posturas anti estadounidenses en el mundo para crear conflictos locales que los distraigan y acorralen.

Podemos ayudar a presionar las tensiones internas en Estados Unidos. Esa sociedad está enferma, son el principal consumidor de drogas en el mundo y las adicciones los matan; la postura china sobre producción de fentanilo ayuda a ampliar el miedo frente a las muertes por sobredosis, mientras Estados Unidos le traspasa las culpas a otros países, tensando sus relaciones.

Las balaceras han creado a una sociedad temerosa y diezmada, la ultraderecha ha minado la credibilidad electoral y surgen conflictos electorales y tensiones sociales en varias partes del país.

Políticamente buscamos una victoria acelerada en Ucrania, pero si no lo logramos podemos sostener una batalla prolongada, lo que refuerza nuestra posición geoestratégica.

En esta primera parte del conflicto, si no logramos quedarnos con todo Ucrania, por lo menos nos quedaremos con el control del mar negro y una asociación económica y militar que se puede enfrentar a la OTAN.

Si se desencadena una tercera guerra mundial, estaremos en posibilidad de hundir al imperio estadounidense, recuperar las pérdidas de la Unión Soviética y tal vez ampliarnos.

No tengo duda de que Estados Unidos caerá en la trampa y posiblemente Ucrania represente el fin del mundo como lo conocemos.