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Hablando de libros con Francisco Juventino Ibarra Meza
Eligio Coronado

Monterrey.- 1.- ¿Qué libros ha publicado?
R= Participé en dos poemarios «Del Maestro para Ti», con otros compañeros, publicados por la Sección 21 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; también en un «Anecdotario Magisterial», publicado por la misma organización sindical. Un libro de cuentos de mi total autoría: «Puuuros cuentos» y una plaquette: «Luzazul».

2- ¿De qué tratan sus libros?
R= Generalmente escribo cuento. Me siento más cómodo con la narrativa.

3- ¿Cómo surge la idea de escribirlos?
R= Tenía algunos poemas, escritos en diferentes tiempos. Una compañera me comentó y me animó a participar y así se dieron. Igual con el «Anecdotario». Con «Puuuros cuentos» fue diferente. Leí varios de los cuentos en el círculo "Escritores en su Tinta", promovido por el Maestro Eligio Coronado González, con muy buena aceptación en el auditorio. Eso me animó a publicarlos. Así nació «Puuuros cuentos».

     El plaquette fue a invitación de Rafael Cárdenas Aldrete, quien tiene una forma de difundir la literatura muy interesante: Los Poetazos. Y así vio la luz de manera independiente, porque viene en el libro de cuentos: «Luzazul». También con muy buena aceptación.

4- ¿Cuál era el objetivo al publicarlos?
R= El objetivo era compartir mis historias.

5- ¿Se cumplieron los objetivos?
R= No como yo deseaba. Porque al poco tiempo de que tuve los ejemplares de «Puuuros cuentos» en mis manos, tuve un accidente y ya no pude hacer mucho.

6- ¿Cómo escogió los títulos?
R= A los primeros libros les puso el nombre el Sindicato. El de «Puuuros cuentos», fue diferente. Iba a tener otro nombre, pero no encontraba el tono para el libro y así transcurrieron algunos días. Una tarde que estaba varado enmedio del tráfico, recordé que mi esposa me decía, cuando llegaba tarde a casa y le comentaba que era por el tráfico: "Puuuros cuentos". Así me decía. Me divirtió aquello y así le puse. Al plaquette «Luzazul», es porque así se llama el cuento. Una historia basada en una experiencia personal, que trata sobre una vida anterior. Por eso la vida puede ser un palíndromo.

7.- ¿Qué fue lo más importante de publicarlos?
R= Tener la certeza de que algunos de mis sentimientos y pensamientos quedarían registrados. La escritura los guarda y los reproduce en diversos espacios y tiempos y con diferentes voces.

8.- ¿Qué sintió al tenerlos en sus manos por primera vez?
R= Mucha alegría, tocaba un viejo sueño. Pero también una responsabilidad muy amplia: seguir escribiendo, superar lo ya escrito, buscar en lo cotidiano un sentido extra de la vida. Porque todo merece ser escrito, pero hay que darle el matiz que no se ha apreciado.

9.-¿Cómo los promocionó?
R= Me correspondió promocionar solamente «Puuuros cuentos» y lo hice leyendo alguna de las historias del libro en diversos espacios. En la presentación del libro me fue muy bien. Pero, creo que no lo he promocionado adecuadamente. Mi trabajo como docente absorbe mucho de mi tiempo. El plaquette «Luzazul», lo promociona, con los demás Poetazos, Rafael Cárdenas Aldrete.

10.- ¿Qué repercusión tuvieron?
R= A mí me dieron, cada uno de ellos, mucha alegría y me motivaron a seguir escribiendo; tengo periodos en que no escribo, porque le dedico más tiempo a la pintura. También supe que mi trabajo era apreciado, valorado y compartido. Carlos Ayala me invitó a publicar en una revista en línea de Bogotá, Colombia: Trinando. Y nos fue muy bien. Me hizo sentir muy halagado porque quien invita es alguien a quien conoces, que conoce algo de tu vida y de tu trabajo diario. Eso, para mí significó mucho.

11.- ¿Anécdotas, experiencias, satisfacciones vividas con sus libros?
Durante la presentación del primer poemario, algunos jóvenes asistentes se acercaron hasta el lugar donde me encontraba como deseando conversar sin saber cómo iniciar, yo abrí la plática y fue genial, no podía creerlo, los jóvenes tenían una clara cercanía con la poesía y gustaban de hablar de ello. Hasta tuvimos un pequeño debate sobre la obra de Gustavo Adolfo Bécquer.

     En la presentación de «Puuuros cuentos» se llenó el espacio con un público interesado y participativo. Un bonito detalle de mis amigos Antonio Sánchez Ramírez y Gerardo Cortés Orozco fue que se pusieron de acuerdo previamente y amenizaron con sus guitarras y sus voces todo el evento.

     Durante la presentación, Carlos Ayala comentó al auditorio que uno de los cuentos de ese libro, publicado en una revista colombiana en línea: Trinando, había tenido un éxito extraordinario. Me quedé frío de la sorpresa y la alegría, porque no me lo había comentado antes.

     Un día llegué tarde a un evento organizado por el Taller de Escritores Nudistas, que coordina José Julio Llanas. Recuerdo que había conversado con Julio sobre mi horario y me comentó que me pondrían al final de la lista de lectores. Pero realmente llegué tarde, de hecho ya iban a cerrar el evento, y cuando llegué Julio, amablemente, me cedió el micrófono. Con voz entrecortada por una opresión en el pecho, producto de la angustia y la carrera, leí “Matando Venao”, la historia con que abre «Puuuros cuentos». Las carcajadas de la concurrencia y el comentario de uno de los asistentes sobre que había valido la pena la espera, terminaron mi angustia, pero no mi pena por mi tardanza.

     Una tarde de diciembre llegó una buena amiga a casa para adquirir seis ejemplares de «Puuuros cuentos», porque los iba a regalar a sus amigas, con el autógrafo del escritor.

     Mi buen amigo Rafael Cárdenas Aldrete me invitó gentilmente a la presentación de algunos Poetazos en UANLeer, porque entre ellos estaba «Luzazul», de mi autoría. Una periodista se me acercó y me dijo que había asistido para preguntarme si la historia que se narra era verdad o producto de mi imaginación. Cuando tuve mi turno, comenté que durante la lectura del texto señalaría qué era verdad y qué ficción. Debo decir que cuando fui por un ejemplar de «LuzazuL», porque al final del evento quise tener uno conmigo, me dijeron que ya estaban agotados. Aquello me alegró mucho.

12.- A la distancia, ¿cómo los juzga?
Muy bien. Cada obra tiene su tiempo y su forma. Que podemos mejorar, sí, pero también hay cosas que se refrendan o se valoran. Yo valoro cada vez más escribir de las cosas comunes, lo que nos pasa a todos, porque hay aspectos que en el momento en que suceden los hechos, no apreciamos bien, en su justa dimensión, para bien o para mal. Sucedió con uno de mis cuentos, “Ayer volví a tu barrio”, que forma parte de un próximo libro. Lo leí con otros cuentos en la Plaza del Chorro, aquí en Monterrey, a invitación de Antonio Sánchez Ramírez y Gerardo Cortés Orozco. Cuando terminé mis lecturas y me retiraba hacia mi coche, me alcanza un hombre y me toma del hombro con fuerza y me dice: “Dígame que no sucedió lo que leyó en “Ayer volví a tu barrio”, porque no pude dejar de llorar en toda la lectura”. Como ve, son cosas que nos han sucedido o nos pueden suceder.

13.- ¿Cómo recomendaría sus libros?
Mis libros traen a la mente anécdotas o experiencias, que con el paso de los días hacen reír o reflexionar. Es volver a vivir esos momentos, pero con una nueva perspectiva, con ese detalle que a veces no observamos, pero es el que le da sabor al instante.

14.- ¿Qué aconsejaría a los autores que quieren publicar un libro y no saben cómo?
Que conversen sus obras, antes de pensar en publicar. Si bien, es cierto que cada libro es diferente y que, por ello, es importante definir su forma, estructura y tenor, lo más importante es escribirlo, leerlo, presentarlo. De lo que sigue se encarga quien se interese en él o a quien se recurra para hacer la edición e impresión. Existen muy buenas editoriales, pero si no conversan sobre su obra, ¿cómo las encontrarán?

15.- ¿Tiene otros libros en el tintero?
Sí, un libro de cuentos que espero publicar pronto, aunque son tiempos difíciles para el arte, porque con esta pandemia nuestros recursos se enfocan más a atender las necesidades básicas, ¡y con justa razón! Tengo dos novelas en proceso. Se me dificulta un poco escribir, porque diversifico mucho la aplicación de mi tiempo.