Monterrey.- 1.- ¿Qué libros has publicado?
R= El último que he publicado se llama «Crónicas de Wallmerica», antes fueron «Los infiernos», «Binario», «Deconstrucción de Eva», «Graphomantras», «Niñas», «Niños» y «A mis brevedades voy, de mis brevedades vengo…»”.
2- ¿De qué tratan tus libros?
R= «Crónicas de Wallmerica» es una novela fragmentaria hecha de varias narraciones y alguno que otro poema en verso y en prosa, a la manera de «Crónicas marcianas»; es sobre un futuro en el que se construyó el muro entre México y Estados Unidos. El muro es tan grande que ahí levantan una ciudad de una sola calle tan larga como el mismo muro y como la misma frontera, sus habitantes son los wallmericans y se dedican a dispararle a los migrantes que tratan de cruzar al otro lado. Los mecsicans, que para los americans son cualquiera que venga del sur, se catapultan para saltar sobre el muro y usan una droga que los hace casi líquidos y los hace resistir la caída.
«Los infiernos» es un libro de minicuentos sobre los diferentes infiernos a los que puede ir un ser humano luego de morir, dependiendo de sus pecados.
«Binario» es un poemario de Ciencia Ficción que escribí como becario del Centro de Escritores en el 95, incluye una pequeña antología de SciFikus que también incluí en el libro colectivo: «Cuadrántidas».
«Deconstrucción de Eva» es un libro objeto con un poema visual, es un rollo de 6 metros de largo aproximadamente que pueden ver en youtube, aunque también hay una edición en papel.
«Graphomantras» es un libro de obra visual.
«Niñas» y «Niños» son libros de textos breves, cuentos, poemas en prosa y retratos que también ilustré, aunque sólo publiqué en papel el primero.
«A mis brevedades voy, de mis brevedades vengo…» es la recopilación de mis cuentos de Twitter; ahí está el origen de «Crónicas de Wallmerica» con una serie de cuentitos sobre la frontera.
3- ¿Cómo surge la idea de escribirlos?
R= Para mí un libro es una obra de arte conceptual, una obra completa (aunque no sea novela) más que una recopilación de obras, por eso no hay una continuidad aparente entre ellos. Algunos han surgido de temas que me interesan como el poemario de Ciencia Ficción, de algunas aspiraciones estéticas, de la experimentación constante, de formas literarias que quise adoptar; por ejemplo, «Niñas» fue un homenaje al libro de Rosaura Barahona, aunque fue luego de tener varios textos sobre la infancia (no dirigidos a infantes), sobre niñas y niños, reales y/o metafóricos.
«Crónicas de Wallmerica» nació de mis ganas de haber podido participar en una antología de Ciencia Ficción llamada «Frontera de espejos rotos», en la que participaron 6 autores mexicanos y 6 estadounidenses.
4- ¿Cuáles eran tus objetivos al publicarlos?
R= No me había interesado mucho publicar en formato de libro, pues en México no se reconoce mucho a la Ciencia Ficción pero sí mandé mi trabajo a varias revistas de aquí y de otros países. Para mí está bien si mi obra se queda en un cajón. Sólo me interesó un poco después de que (Fernando) Galaviz formara el grupo Hiperespacio y realizara algunas actividades y publicaciones como «Mundos remotos y cielos infinitos» y «Cuadrántidas», vi que quizás podía dar a conocer mis textos de una manera más formal.
5- ¿Se cumplieron los objetivos?
R= En realidad no, la difusión ha sido poca y en realidad es difícil que mis obras sean publicadas por editoriales reconocidas en Monterrey u otros lugares por varios factores como el mismo desprestigio de la Ciencia Ficción, de mi trayectoria, etc. También parte del problema de los que comenzamos a escribir en el género en cierta época es que lo hicimos demasiado temprano como para ser relevantes; en la ciudad ya hablábamos de cuestiones como criptografía, derechos digitales, brecha digital, nanotecnología, realidad virtual y aumentada, el futuro de la interacción entre las personas, el futuro del alma humana, etc… (todo gracias a Isidro Ávila), y en otros lados del país escribían sobre cibersexo o cosas más anodinas o ya exploradas por los anglosajones. Por ejemplo, recuerdo mucho un personaje que traía una PC desarmada y rearmada estratégicamente en su cuerpo, traía un teclado colgando del cinturón siendo que ya existían las laptops y aparatos como el Newton. Aunque estábamos conscientes de que la tecnología no era lo más relevante de la escritura. El caso es que todo ese pequeño movimiento en los 90s en la ciudad nunca terminó de cuajar, también por el hecho de que no formábamos de la comunidad literaria, casi todos estudiaron más bien ingenierías. Hay que darse cuenta un poco de que la edición de libros no es sólo una cuestión literaria, sino que entran en juego muchos otros factores.
6- ¿Cómo escogiste los títulos?
R= Pues ha sido una cuestión diferente en cada caso, aunque como tiendo a primero trabajar en algunas obras y luego a irlas recopilando y formando en unidades. Casi siempre uso algún referente que le da contexto a la obra.
7- ¿Qué fue lo más importante de publicarlos?
R= Lo más importante es dar a conocer mi trabajo; en realidad no me importa mucho la publicación en formato de libro, sino que soy impulsivo a la hora de terminar un cuento o poema: lo quiero enviar enseguida a que lo publiquen en alguna revista como Axxon o El Ojo de Uk.
8- ¿Qué sentiste al tenerlos en tus manos por primera vez?
R= No es muy importante para mí, sino que existan como entidades externas. Creo que sólo he dejado ir, soltado, abandonado de mis obsesiones, los textos que tienen ya una forma así terminada y unitaria. Me la paso reescribiendo mis textos, pero esto me obliga a darles un cierre, cuando menos temporalmente…
«Crónicas de Wallmerica» es un libro sólo digital, quizás más adelante lo saque en papel, pero es una edición de autor y ahora ni mi salud ni mi economía están bien.
9- ¿Cómo los promocionaste?
R= Muy poco, casi sólo de manera personal, lo que no quiero que pase con «Crónicas de Wallmerica». Lo vamos a presentar el día 9 por streaming y ando preparando un book trailer.
10- ¿Qué repercusión tuvieron?
R= El libro de «Los Infiernos» dio a conocer un poco más de lo que hacía y sobre todo es el que tiene una forma literaria más tradicional; todos los textos que salen en ese libro son cuentos que, aunque breves, tienen 3 actos, tienen una forma dramática, por lo que ha sido utilizado como ejemplo en talleres literarios cuando menos por dos personas.
También en «Crónicas de Wallmerica» casi todos los textos narrativos son cuentos; ese libro trascendió antes de estar completo pues tiene dos premios literarios, uno de ellos internacional.
11- ¿Anécdotas, experiencias, satisfacciones vividas con tus libros?
R= Sobre todo con el libro «Niñas» que pude sacar unos pocos ejemplares en papel, pues a la gente le encantó el acabado y el arte.
12- A la distancia, ¿cómo los juzgas?
R= Para mí ha sido más importante escribirlos que publicarlos, cada uno me ha dado muchas satisfacciones como artista y me ha ayudado a ir construyendo mi propuesta estética. Al leer a Descartes, decía Lezama Lima que cada autor desarrollaba su propio discurso del método y siento que eso es lo que he hecho a lo largo del tiempo; claro que no se puede reducir la obra a una sola dimensión de la creación, a unos pasos, sino que en cada una se juntan muchas cosas, el método, la experimentación, la intuición, la observación, el momento histórico, los intereses personales, etc.
13- ¿Cómo recomendarías tus libros?
R= No tengo idea, supongo que si alguien ha leído algo mío y le ha gustado a lo mejor le puede gustar el libro en el que se recopiló ese algo, no necesariamente los otros libros. Hay muchos textos míos en internet, fui de los primeros autores en subir mis textos a mi página y a otras antes del cambio de milenio, sobre todo mis poemas y los libros «Niñas» y «Niños». También hay muchas antologías con textos míos por ahí, que se pueden bajar en PDF.
14- ¿Qué aconsejarías a los autores que quieren publicar un libro y no saben cómo?
R= Creo que la edición es todo un arte al que me quise acercar pero no pude, supongo que hay que dejárselo a las personas que lo saben hacer. Yo ya mejor edito mis libros en digital, sólo quiero que existan y no me gustan los intermediarios. Sobre todo, creo que sería muy difícil que mi trabajo sea tomado en serio en México por diversas cuestiones.
15- ¿Tienes otros libros en el tintero?
R= Demasiados, como para dos vidas más.