Monterrey.- 1.- ¿Qué libros has publicado?
R= «Estíbaliz y la tormenta» (2000, novela corta), «Territorio de leones» (2006, relato), «Por qué los cleaners no van a salvarnos» (2011, crónica) «Mascotas muertas» (2016, novela corta) y «Nostalgia por Leonardo Favio» (2018, novela corta).
2- ¿De qué tratan tus libros?
R= De historias urbanas. Aprendí narrativa por la crónica. Los relatos son crónicas extendidas y las novelas cortas son crónicas que surgen y se cierran en un mismo espacio: La ciudad hilarante y triste donde somos mascotas.
3- ¿Cómo surge la idea de escribirlos?
R= No tengo ideas. Yo sólo registro. No siento compromisos ni moral. Todos los días me topo con gente triste o feliz o esperanzada o desilusionada.
4- ¿Cuáles eran tus objetivos al publicarlos?
R= Registrar lo que sucede, intentando comprender por qué la gente siente una emoción en específico cuando pasa algo. Muchas veces no lo entiendo. Nunca tuve tacto para convivir. Soy torpe. A veces la gente ríe cuando se muere un ser querido, a veces la gente llora cuando nace su hijo.
5- ¿Se cumplieron dichos objetivos?
R= No. Nunca acabo de entender a la gente. En realidad nadie se conoce. Todos somos capaces de cualquier cosa. Todos somos asesinos en potencia y todos podemos amar hasta morir.
6- ¿Cómo escogiste los títulos?
R= No tengo que esforzarme por escoger títulos. Aparecen en la tercera cuarta (3/4) parte del texto. Ya pasó con nosotros: Me divierte que los padres le ponemos nombres a nuestros bebés sin saber cómo serán. Es como ponerles una etiqueta.
7- ¿Qué fue lo más importante de publicar estos libros?
R= Que le pagaron su quincena a los de la imprenta, a los editores, y pudieron comprarle comida a sus hijos. Estos libros no son tan importantes como decenas de libros más, que igualmente serán olvidados dentro de 50 años. Hice lo que necesitaba hacer y los leyeron quienes quisieron leerlos.
8- ¿Qué sentiste al tenerlos en tus manos por primera vez?
R= Me dolió tener algo tan pequeño en mis manos, que no tendría un periodo de vida mayor a los 40 o 50 años. Es como tener un cachorro bonito que sabes que verás morir. Puede que sea menos triste tener un hijo o plantar un árbol. ¿Un libro en provincia, para qué?
9- ¿Cómo los promocionaste?
R= Yo no promociono nada. Ni siquiera a mí. Soy el fulano con más períodos de desempleo que conozco. Los libros deberían promocionarlos los lectores, no los editores ni los que los venden. Ellos lo hacen por conveniencia y los escritores por puro ego. Yo no creo en un artista que promociona su obra. A mí que me diga alguien “comí en tal lugar y los tacos están buenos”, pero no que me lo promocione a gritos el dueño del negocio. A la publicidad no le interesa si te está echando mentiras.
10- ¿Qué repercusión tuvieron?
R= El primer libro lo leyó un compañero de la universidad y me dijo que yo podía ser más cínico. El segundo hizo que un borracho me gritara que él era el personaje principal. Del tercero le regalé mi único ejemplar a un amigo de CDMX que ya nunca me lo regresó. El cuarto se lo di a una teibolera que luego me pidió otro ejemplar para regalárselo a su sugar daddy, y el último es el libro con más errores ortográficos que he visto en mi vida, pero nadie me lo ha reprochado.
11- ¿Anécdotas, experiencias, satisfacciones vividas con tus libros?
R= Del primer libro me dijo uno de los presentadores, en pleno evento, que era un libro escrito con las patas (nunca lo olvidaré, Romualdo). El segundo tuvo como primer comprador a mi suegra, que pidió dedicatoria y nunca lo leyó. El tercero lo editó en Sonora una amiga a la que quiero mucho: Tristana Landeros. El cuarto está muy bonito y es el único que me da orgullo porque Héctor Alvarado fue el editor y me di cuenta que sí es un ser humano. El último fue editado en Durango por un poeta libre al que no le importa nada (Jesús Marín) y que tiene una araña viuda negra de mascota.
12- A la distancia, ¿cómo los juzgas?
R= Fueron una necesidad. Ya no lo son. No me avergüenzo, pero ahorita no los haría. Además no me dieron nada permanente. Sólo frustraciones porque no los supe vender ni merecieron reimpresiones ni salieron de este miserable rancho. Hay sólo un caso entre miles, que es el de Carlos Velázquez. Y muy bien merecido.
13- ¿Cómo recomendarías tus libros?
R= Lean lo que necesiten o quieran leer en este momento de sus vidas. Ninguno de mis libros será un clásico. ¿Y de qué me serviría eso (que llegaran a ser un clásico) si no me dan dinero suficiente para irme a la playa o comprarle a mi hija un boleto a Disney? Como se puede notar, soy malo para recomendar mis libros. Me esforzaré: “¿Quieren historias urbanas de teiboleras, borrachos, travestis, payasos callejeros, ninfómanas y perros chihuahua? Lean mis libros”.
14- ¿Qué aconsejarías a los autores que quieren publicar un libro y no saben cómo?
R= Que no se quiebren la cabeza sacando fotocopias y pagando mensajería para entrar a concursos donde el jurado ni los conoce, y tampoco buscando editores que luego les van a querer cobrar por el libro. Mejor suban su material a Amazon, que les regala su registro ISBN electrónico mundial y marquen la opción de que si alguien quiere el libro impreso, lo pida de esa manera. Amazon no cobra por subir su libro. Escriban el libro que quieran, suban todos los libros que quieran. No se preocupen, los libros tienen su nombre y eso significa que son de ustedes, no del editor ni de la editorial. No se preocupen en pensar si lo que escriben les dará o no dinero. Escribir es como salir al patio de tu casa y soltar un aullido. No te cuesta nada y lo que ganas es la satisfacción del momento.
15- ¿Tienes otros libros en el tintero?
R= Siempre, pero algunos me aburren y ya no le sigo. Me gusta pensar sinópsis y luego ver cuál suena más interesante. Lo siento, no sé de qué sirvieron mis respuestas. No coman hamburguesas del McDonalds. Ésas no son de carne. Es un producto patentado como Auténtica Carne, pero en realidad nadie sabe de qué están hechas. Así son muchos libros de ahora.