Monterrey.- 1.- ¿Qué libros has publicado?
R= Acabo de hacer el recuento porque ya se me hacían muchos y eso no está chido. La cosecha va más o menos así.
LIBROS:
«Que el mar abra sus puertas para que entren los pájaros» (1982), «Hoy no es ayer» (1983), «Batallas y naufragios» (1985), «Tambores para empezar la fiesta» (1992), «Plegaria de los ciegos caminantes» (2000), «Cuaderno para celebrar» (2000 y 2012), «Poemas para protegerse del sol» (2003), «Noticias de ninguna parte» (2007), «Estas calles de abril/ Saga del inmigrante» (2008), «Baladas a las muchachas que se gradúan» (2013), «Las edades felices» (2013 y 2015), «Cantos para el único brazo de Blaise Cendrars» (2015), «Las edades terrestres» (2016), «Moléculas en movimiento vibratorio alrededor de una posición de equilibrio» (2016), «Teoría de la belleza» (2018), «Nadie, salvo el mundo» (2020) y «Señales luminosas bajo el cielo de cobre» (2020).
ANTOLOGÍAS Y POESÍA REUNIDA:
«Árbol de lluvia» (1994), «Arresto domiciliario» (2007), «Animalario» (2012), «Música de las piedras» (2012), «Vigilias» (2013), «Poemas para formar un río» (2016) y «Poemas en los que nunca es de noche» (2019).
FOLLETOS Y LIBROS COLECTIVOS:
«La poesía se compone de piedras y gusanos» (1987), «Noticias poéticas» (1988), «Estas calles de abril» (1995), «Ecuatoriales» (2006), «El mundo sería otro» (2013) y «Cerco de luz» (2015).
DOS LIBROS DE CUENTOS:
«Los riesgos del placer» (2002 y 2016);
UN LIBRO DE AFORISMOS:
«El sueño de la sombra & Spondylus» (2011)
Además: 7 antologías poéticas de autores de Nuevo León, el norte del país, México y Latinoamérica. Un par de obras misceláneas y también un libro de traducción del portugués al español («Una antología de poesía brasileña», 2009) y compilaciones sobre aspectos específicos de la obra de Alfonso Reyes y José Alvarado.
2- ¿De qué tratan tus libros?
R= Hay de todo. Los de poesía básicamente son referentes a la vida misma, ya sabes: el amor, las despedidas, el paso del tiempo, la naturaleza, los animales, la poesía, el poema, las raíces, el árbol familiar, los sueños, los deseos, lo social; un constante preguntar sobre el ser, la eternidad, lo fugaz, la ciencia, los viajes.
3- ¿Cómo surge la idea de escribirlos?
R= Es como una voluta de nada que anda por ahí en alguna parte entre el cerebro y el corazón y que de pronto pasa a una libreta o al cuaderno de notas del celular. En algún momento empieza a respirar por sí misma y de pronto ya tiene alas y escamas o recuerdos o registros de lo cotidiano y se da al vuelo. O se arrastra o da saltos, según sea el caso. La idea puede estar oculta en las líneas de un libro, en la música, en la escena de una película, en una frase escuchada en la calle, en la prolongación de la mirada sobre el paisaje, en los días que se gastan y en los momentos vividos y bebidos.
4- ¿Cuáles eran tus objetivos al publicarlos?
R= Seguramente es por ego. Me parece bien la idea de José Emilio pacheco en el sentido de que todo se los debemos a los demás y que nadie debería firmar sus poemas. Pero nos toca vivir una parte del siglo XX y otra del 21 y así se estila. Publicar es enfrentarte a tu propio taller, corregir el libro que no terminas nunca de escribir. El hecho de vivir en sociedad nos permite la posibilidad de compartir lo que hacemos y creamos. Publicar no necesariamente es un objetivo sino una fase, una cadena del libro. El libro, finalmente, es esa jaula que atrapa al animal con plumas y con escamas y que felizmente lo multiplica.
5- ¿Se cumplieron los objetivos?
R= El libro siempre va más allá de tus objetivos. No me propongo en sí publicar libros, sino escribir. Lo demás se va dando. pero sí me alegra ver un título recién salido de la imprenta. No sólo mío, sino también de mis amigos o de los autores a los que les sigo los pasos.
6- ¿Cómo escogiste los títulos?
R= Primero pensaba que había que escoger puras palabras bonitas, sublimes. Así nace «Que el mar abra sus puertas para que entren los pájaros» en 1982, primicia que te debe la vida a ti y a tus sueños locos e incansables de preocuparte por lo que hacen los demás. Luego busco alguna pista en el mismo libro que de pie al título, algún verso de otro poeta o simplemente a veces los títulos se aparecen como fantasmas y rondan en tu cabeza hasta que se materializan. A veces me da por sintetizar, como en «Vigilias», «Hoy no es ayer» o «Canto de luz». Aunque en la mayoría de los casos me extiendo, como en el citado primer libro y como en «Baladas para las estudiantes que se gradúan» o «Moléculas en movimiento vibratorio alrededor de una posición de equilibrio».
7- ¿Qué fue lo más importante de publicarlos?
R= Encontrar mis propias prisas o apresuramientos reflejados en sus páginas. De pronto, sorprenderte cuando alguien te recuerda un poema que dabas por olvidado. Que alguien que los lee encuentra un sentido diferente al que según tú tienen los textos o los libros. A veces ganan premios, aunque no siempre es así ni fue ese el objetivo de su publicación.
8- ¿Qué sentiste al tenerlos en tus manos por primera vez?
R= Emoción en la mayoría de los casos. Agradecimiento. Desencanto en alguna edición plagada de duendes o mal diseñada, pero esos son contados. Y ya superados.
9- ¿Cómo los promocionaste?
R= Soy mal vendedor. La promoción es más bien trabajo de equipo. Primero lo hice de mano en mano. Luego ya entraron a las librerías. Ahora las redes son parte de lo mismo. Me considero mal distribuidor y mal comerciante de mis libros.
10- ¿Qué repercusión tuvieron?
R= Ahí todo es relativo. Algunos tuvieron un par de reseñas, otros ninguna. Algunos recibieron un premio, ya publicados. El olvido en la mayoría de los casos. La posibilidad de un recurso económico, un intercambio, tender puentes. Ir y venir. Versiones a otros idiomas, nuevos amigos, la posibilidad del viaje. Dialogar mediante entrevistas como ésta. El encuentro con el otro.
11- ¿Anécdotas, experiencias, satisfacciones vividas con tus libros?
R= Bueno, un poco de sorpresa en el caso de los premios. Algunos títulos intentaron obtener algún premio nacional y no lo lograron. Luego otros jurados encontraron que merecían un premio hispanoamericano. Insisto: todo es relativo. Lo del nombre, Margarito, es lo más curioso en algunos países: en América Latina no existe mi nombre en masculino, sólo en femenino. Eso trae como consecuencia que me cambien el nombre en las presentaciones y festivales. Me ha pasado en Ecuador, Colombia y Cuba. Incluso que al entregarme el diploma lo hagan mediante mi apellido, porque piensan que hay un error en el nombre. Sobre todo, la experiencia que a través de un libro empieza la retroalimentación con el otro, tu semejante. Una vez un grupo de escolares de Monterrey organizaron un evento en Fundidora. Antes de llegar vi a un niño flaquísimo, como estaba yo en la primaria. Llevaba en su espalda una portada de cartón de Pata de perro, como de dos metros. Atrás de él iban los maestros y más alumnos con escenografía y demás enseres para el evento. Me remontaron a mis días de estudiante y me enterneció.
12- A la distancia, ¿cómo los juzgas?
R= No me preguntes cómo pasa el tiempo, parafraseando a José Emilio Pacheco en uno de sus libros más deslumbrantes. Ha habido libros malos, libros regulares y espero que uno que otro bueno. Todos llevan, como he dicho, un poco de corazón y de cerebro. De kilometraje recorrido y monedas de tiempo gastadas.
13- ¿Cómo recomendarías tus libros?
R= No los recomiendo. Están ahí los que están. Los demás dejaron de circular hace mucho y ni yo los tengo. Soy consciente de que mi obra circula poco. Aunque no me quejo, el destino de la poesía es así.
14- ¿Qué aconsejarías a los autores que quieren publicar un libro y no saben cómo?
R= Buscar cómo es parte de la búsqueda del autor. Siempre hay un camino. Insistir y no morir en el intento.
15- ¿Tienes otros libros en el tintero?
R= De poesía varios; pero dejemos que vayan naciendo poco a poco en donde tengan que nacer y a la hora que les corresponda. Una novela corta. Otro libro de cuentos. Uno de aforismos. Uno de ensayos, uno de entrevistas y uno de crónicas-testimonios sobre la enfermedad.