GOMEZ12102020

Hace 197 años Iturbide fue fusilado en Padilla: una Universidad de Tamaulipas guarda su testamento

Ciudad Victoria.- El primer y único emperador mexicano fue fusilado en Tamaulipas hace 197 años: fue un 19 de Julio en Padilla; antes, se dio el tiempo de redactar su testamento, uno de los documentos históricos que se encuentra preservado en los archivos de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

     Iturbide fue coronado como emperador de México el 23 de mayo de 1822, el periodo de su imperio enfrentó múltiples problemas, por lo que el 19 de mayo de 1823, decidió abdicar al trono.

     Iturbide viajó a Europa, pero en 1824 decidió regresar al país, donde había sido declarado enemigo y traidor de la patria.

     A bordo del bergantín inglés Spring, escogió la barra de Soto La Marina, en Tamaulipas para desembarcar, lo acompañaba su esposa y dos hijos.

     El comandante militar Felipe de la Garza trasladó a Iturbide a Padilla en donde se encontraba sesionando el Congreso local del recién creado estado de Tamaulipas.

     El gobernador era Bernardo Gutiérez de Lara quien había simpatizado con Hidalgo y Morelos, dirigiendo a un grupo de insurgentes en la zona de Texas.

     En su defensa, Iturbide arguyó la posible invasión que se preparaba con ayuda de la Santa Alianza, pero nadie le creyó. El Congreso local ordenó cumplir el decreto federal y el 19 de julio de 1824 Iturbide fue fusilado en el municipio de Padilla.

     “El testamento de Iturbide está en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Tamaulipas”, explica el historiador Francisco Ramos Aguirre.

     “El documento lo hizo cuando venía en el barco hacia Soto La Marina redacto, él sabía que si regresaba a medico había un riesgo por una ley que decía que donde estuviera se le declaraba enemigo de la patria”, agregó.

     Ramos Aguirre señala que el documento reviste una enorme importancia por su vinculación a la historia de México.

     Después de fusilado los restos de Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburu, fueron depositados en la parroquia de Padilla, pero luego fueron llevados a la Ciudad de México, donde yacen en un nicho en la Catedral Metropolitana.

(Enrique Jonguitud / Portatil.mx)