CORONA27042020V

Hasta en las mejores familias
Gerson Gómez

Monterrey.- Con las audiencias más nutridas, el talk show de Carmen Salinas, se convirtió en el parteaguas de los programas en vivo. Un panel de agraviados o de desvergonzados aparecía a cuadro. Uno a uno contaba las peripecias de la vida. La conductora gesticulaba en aprobación o en desagrado. Poco a poco se fueron sumando los espectadores. Ahí detectamos a personajes de circo. Al de las orejas pronunciadas. A la dama con rostro desfavorable. A quien su intelecto deficiente solo le permite mover la cabeza de un lado hacia otro.

     Hasta en las mejores familias es la caricatura de la vida mexicana. Ese círculo de criaturas malignas. Imagine ahora un teleteatro todas las mañanas. En punto de las siete. Con un líder carismático con el mismo discurso de todas las mañanas. Incluso desde hace 18 años. Sus interlocutores han pasado por el mismo registro televisivo de la serie de Carmen Salinas. Ahora vemos al lisonjero, al acomodaticio sin importancia, a quienes buscan maíz y se quedan viendo con hambre. A las damas del buen vivir y a las del buen decir.

     Cambiémosle el nombre de “Hasta en las mejores familias” por la mañanera. Un show con duración de dos horas e insubstancial. A eso nos ha forzado Andrés Manuel.