Ciudad Victoria.- El origen de los himnos es eminentemente religioso, aunque existen algunos con sentido poético, como El Himno de los Bosques, del potosino Manuel José Othón. La música y canto evocan un estado de ánimo relacionado con la espiritualidad, carácter, sentimientos, esperanza, valores morales y santidad. En el caso de los patrióticos, su origen es laico y liberal.
A través de la historia, en México los himnos se convirtieron en contrapeso de las alabanzas católicas, con enorme arraigo desde tiempos coloniales. Ante dicha situación, el triunfo de la república a mediados del siglo XIX modificó el tributo del santoral de la patria relacionado con los períodos prehispánicos, independencia, intervención norteamericana y reforma.
Al discurso ideológico y poesía patriótica, se sumaron los himnos dedicados a Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero, Benito Juárez, Ignacio Zaragoza, José María Morelos, Melchor Ocampo y otros próceres. Otros se refieren a La Raza, La Bandera y diversos símbolos patrios. La mayoría de las composiciones eran interpretadas emotivamente por orquestas en ceremonias cívicas, aniversarios luctuosos, veladas literarias, asambleas masónicas y planteles escolares. En 1910, con motivo del Centenario de la Independencia, la casa grabadora Columbia ofreció una colección sobre discos patrióticos para fonógrafo: Himno Nacional Mexicano, Himno a Hidalgo, Batalla del Monte de las Cruces, Fusilamiento de Hidalgo, Batalla del Dos de Abril, Batalla de la Intervención y otros. (Periódico El Imparcial/1910/08/17/p. 11.)
Cada país y numerosas poblaciones del mundo, tienen sus propios himno oficiales. Dentro del imaginario colectivo, representan un elemento de pertenencia en defensa de la patria y su memorización se acentúa desde la etapa escolar. Por ejemplo, en México el Himno Nacional, se interpreta cada lunes en las asambleas cívicas.
En agosto de 1913, durante la ceremonia de entrega de títulos de propiedad en la Hacienda Los Borregos de Matamoros, Tamaulipas, la concurrencia encabezada por el general Lucio Blanco interpretaron el Himno Nacional Mexicano, La Marsellesa, la Marcha ¡Viva Madero! y la Marcha Constitucionalista. Esto nos habla de la importancia y tradición de las canciones patrióticas. En 1914, después del derrocamiento de Victoriano Huerta, El Himno a Madero se popularizó en ceremonias oficiales y actos cívicos.
El Himno Agrarista y el Himno a Tamaulipas, surgidos en la década de los veinte del siglo pasado, a petición del gobernador Emilio Portes Gil, representan sin lugar a dudas, las piezas musicales más emblemáticas de este género en Tamaulipas. El primero fue compuesto y musicalizado por Lorenzo Barcelata y Ernesto Cortázar, con motivo de la fundación de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas, en 1926.
Se trata de un canto de exhortación al fortalecimiento productivo. Además, posee un fuerte contenido social y reclamo a la oligarquía, con motivo del reparto agrario. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, se adoptó como canto oficial de la Confederación Nacional Campesina.
Un hecho verdaderamente extravagante, se relaciona con la canción Cielito Lindo de Quirino Mendoza, convertida por consentimiento del Congreso del Estado en el primer himno tamaulipeco. Este ordenamiento legal se originó en 1918, por iniciativa del gobernador y general Emiliano P. Nafarrete. En realidad no tenía otro propósito más que halagar a su jefe, el general Luis Caballero. Dicho militar experimentaba especial entusiasmo al escuchar la melodía, porque su madre se lo entonaba durante su niñez, a manera de canción de cuna.
Los artículos primero y segundo del decreto, recomendaban a la ciudadanía que el Hermoso Cielito Lindo se tocara: “…en todas las ceremonias y en todos los lugares donde se presente el Ciudadano Gobernador. Artículo 2º.- Es obligación de todos los habitantes del Estado, oír de pie y descubiertos el himno que se decreta.”
El actual Himno a Tamaulipas fue posible, gracias al licenciado Emilio Portes Gil. De acuerdo a su autobiografía: Raigambre de la Revolución en Tamaulipas (1972), durante su gobierno (1925-1928), emprendió numerosas acciones para conformar un estado moderno y visionario, ante los postulados sociales de la Revolución iniciada por Madero.
Originalmente, la pieza fue dedicada a Matamoros, Tamaulipas. Los compositores fueron los músiucos profesionales yucatecos Rafael A. Pérez y Alfredo Tamayo, adscritos al Departamento de Cultura Estética. Estos filarmónicos interpretaron cabalmente el proyecto de difusión y creación de la cultura popular en el sector educativo de aquella época.
Otro himno importante está dedicado a la Escuela Técnica Industrial Álvaro Obregón, o Escuela de Enseñanzas Especiales No. 30, de la autoría del profesor Joel García González. La autora de la letra fue su esposa Consuelo Cerda Hinojosa: “...donde se manifiesta el espíritu de este Centro Educativo.” Durante el gobierno de Portes Gil, se involucró con otros maestros en su proyecto cultural y educativo.
Respecto al autor musical de esta obra, comenta: “En estos tiempos cuando la ráfaga desoladora de la música moderna, parece eclipsar las melodiosas y dulces notas de nuestra música, los estudiantes y el pueblo todo nos sentimos orgullosos de tener en nuestros lares a un maestro que ha sabido pulsar su lira y verter cantares de esperanza que impregnan el corazón.”
Después surgirieron el Himno al Maestro en la década de los cuarenta, por el licenciado Fidencio Trejo Flores, con escasa difusión; y posteriormente el canto a la Benemérita Normal de Tamaulipas y Normal Rural Lauro Aguirre, de Tamatán. Sobresale también otro en honor al general y heroe republicano Pedro José Méndez, de Francisco Flores Sánchez. Méndez fue el principal héroe tamaulipeco, quien murió en la Batalla de Tantoyuquita, durante la Guerra de Intervención Francesa.
En la década de los noventa del siglo pasado, el profesor José Luis García García, Secretario de Educación Cultura y Deporte de Tamaulipas, lanzó una convocatoria para la creación de himnos en cada plantel educativo. La idea, emanada de la institución de gobierno, obtuvo una buena respuesta entre los maestros y directivos. En este caso, vale mencionar la labor de la maestra María de los Ángeles Guillén de Haces (autora del libro Poesías, Himnos y Cantos Escolares, 2004) dedicó varias composiciones de este género de corte marcial a jardines de niños y escuelas primarias de la entidad.
Uno de los recientes himnos corresponde al Instituto Tamaulipeco de Capacitación para el Empleo (ITACE).
Himno Escuela Industrial Álvaro Obregón
Autor: Joel García González
Letra: Consuelo Cerda de García
Adelante Industrial siempre a vencer,
de las fatigas el rigor,
siempre llenos de ardor y de placer,
las venceremos con amor.
Hay que unidos marchar sin distinción,
hasta cumplir nuestra misión,
siempre trabajar con gratitud y abnegación.
Pero no hay que olvidar,
que el deber contraído es lo primero que cumplir,
que debemos luchar,
con amor, con valor y decisión.
Trabajar es nuestra bandera,
luchando por un noble ideal,
la fama vaya por doquiera,
coronando de olivo a la Industrial.
Pongamos siempre un buen ejemplo,
digno de un nombre inmortal,
haciendo de nuestra escuela un templo,
que ilumine cual fanal.
Himno del ITACE
Letra y música: Juan Pablo Moreno de la Cruz
Región tan hermosa llevo en mi pensamiento,
en mi corazón permanece la lealtad,
vamos compañeros estudiemos muy atentos,
nuestro Tamaulipas será ejemplo nacional.
Con la disciplina que aquí se nos imparte,
y los valores que son lo más primordial,
seremos guerreros invencibles del ITACE,
los hombres que triunfan ante cualquier tempestad.
Amor a la vida es virtud del ser humano,
ITACE te inculca el respeto y la verdad,
la naturaleza y el aire que respiramos.
vamos a cuidarlo y nuestra vida mejorar.
El ITACE es una escuela diferente,
Incansable formador de hombres de bien,
para hacer más grande a nuestro Tamaulipas,
nuestra patria que es mi México también.
Con todo respeto hoy le canto a mi escuela,
mi querido ITACE como mi casa es sangre,
y disciplina siento correr por mis venas
a mis compañeros jamás olvidaré.
Llevo en mi memoria a todos mis maestros,
sus conocimientos siempre los llevaré,
con su orientación y con sus buenos consejos,
me dieron la herencia que cambió todo mi ser.
Llaman los tambores hoy escuchando estoy,
todas las cornetas con su voz hacen llamar,
formamos los técnicos tambien bachillerato,
va a empezar la clase educación premilitar.
En los talleres trabajamos con esmero,
en academia con mucha dedicación,
lucharemos por que el ITACE sea el primero,
un fiel ejemplo del estado y la nación.
* Cronista de Ciudd victoria.