La democracia es de la sociedad en la que es posible y hasta exigido el ser
persona en toda la extensión de la palabra.
María Zambrano
Saltillo.- Estamos en una etapa en la que se vislumbran cambios mundiales extraordinarios, inusitados, hay zonas en las que la lucha por la sobrevivencia y por el cambio social son más urgentes que nunca, nada puede volver a ser igual, la entrada al segundo milenio nos planta ante situaciones que hacen posible romper las cadenas de la esclavitud moderna, esclavos del consumismo, siervos de la mercadotecnia, depredadores, destructores de la naturaleza y de nuestros semejantes, ya no.
La ONU instituyó el día 20 de junio como el Día Mundial de los Refugiados con el objetivo de promover un mundo inclusivo e igualitario en el que haya un lugar digno para todos, es la lucha por el cambio en la que cada uno ejerce un papel para lograrlo.
Los refugiados son conjuntos de personas que huyen de sus países a causa de las guerras o bien porque son desplazados de sus territorios en su propio país, buscan seguridad y el gobierno de su país tiene la responsabilidad de dársela, aunque a veces los persigue por esto son las personas más vulnerables del mundo.
En este momento son millones las personas que se encuentran en un vacío jurídico, sin los derechos humanos básicos, son considerados apátridas, viviendo en un exilio traumático.
A 3 años de instituida la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se firmó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) a causa de las grandes migraciones que surgieron como desenlace de la Segunda Guerra Mundial, la Convención instituye las condiciones legales de los refugiados, tales como: se acogerán a las leyes del país que lo recibe, derecho a la adquisición de bienes muebles e inmuebles, derechos de propiedad intelectual e industrial, derechos de asociación y acceso a los tribunales, así como empleo remunerado, entre otros.
Como podrá intuirse alcanzar la condición de Refugiado, es complejo, el proceso judicial es largo y difícil. Belén, Casa del Migrante abrió un refugio hace aproximadamente 2 años, ahí se encuentran 10 familias, llegaron mujeres migrantes embarazadas y dieron a luz a 4 bebes, se ha hecho un trabajo humanitario monumental e inigualable.
Ahora hay más de 1500 refugiados que viven en Saltillo, en su mayoría procedentes de Honduras, El Salvador, Guatemala y Venezuela, por las medidas de seguridad contra la pandemia un alto número de refugiados están desempleados y con ello se frenan sus posibilidades de sobrevivencia; ellos habitan viviendas rentadas o están en habitaciones de hotel.
El buen trabajo que realiza la Casa del Migrante ha ganado la confianza de los organismos internacionales de la ONU, como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados ACNUR, ésta es la que construyó el edificio del refugio en la Casa del Migrante y la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (COMAR) tramita las solicitudes de refugio en México y la que decide si se otorga la calidad de refugiados o no si lo obtienen se les da residencia permanente, por el momento la COMAR ha suspendido los plazos de solicitud lo cual provoca un alto nivel de estrés en las familias.
Con las fronteras cerradas al norte y al sur de México por el Covid-19 los problemas, tanto de los migrantes como de los solicitantes de refugio se agudizan; Belén cuenta con 4 abogados que se hacen cargo de los trámites jurídicos para los refugiados y se trabaja por un nuevo modelos de las casas del migrante, en condiciones de carencias muy duras el flujo de africanos se ha incrementado.
La Posada del Migrante desarrolla un intenso programa en línea para impulsar el cambio social en las casas de migrantes y por una iglesia nueva. Hay mucho que aprender de los migrantes y los refugiados.