GOMEZ12102020

HORIZONTE CIUDADANO
El Día Internacional de la Educación
Rosa Esther Beltrán Enríquez

Saltillo.- Vivimos en un mundo de grandes desafíos, lo importante es que, según puede apreciarse, va incrementándose la conciencia social de esos retos, el de la necesidad de revitalizar la educación crece y a pesar de las dificultades se abre paso, pero es larga la brecha para lograr una educación inclusiva, equitativa y de calidad promoviendo oportunidades de aprendizaje permanente para todos, porque la educación, demás de ser un derecho humano, es un bien público y una responsabilidad colectiva. 

     El próximo domingo 24 fue elegido por la ONU como el Día Internacional de la Educación y sensibilizar al mundo sobre el binomio, educación-Covid-19, que hoy son una unidad que modificó radicalmente la institucionalidad educativa del pasado ya que las escuelas permanecen cerradas, lo cual ha afectado la vida de cientos de miles de millones de estudiantes, maestros y familias en el mundo.

    Es un lugar común considerar a la educación como un elemento del progreso y desarrollo de las sociedades y la ONU agrega es también un componente de la paz para el planeta. Es obvio que sólo mediante la educación se logra alcanzar la igualdad de género y romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.

     La educación es la puerta al desarrollo sustentable que la ONU ha establecido como meta para el 2030, el mundo se transforma mediante la educación, sin ella el fracaso sería rotundo. No obstante, los avances en materia de comunicación digital, inteligencia artificial y biotecnología entrañan un gran potencial, pero también plantean problemas éticos y de gobernanza, especialmente porque las promesas de innovación y cambio tecnológico tienen un historial irregular de contribución a la prosperidad humana.

     La educación debe replantearse para dar a las generaciones futuras herramientas para comprender mejor los grandes temas actuales como el de la revolución digital o la emergencia ambiental, los que deben ser revaluados y comprendidos por los maestros del siglo 21 a fin de que entren y comprendan los cambios y cómo afrontarlos, porque ellos son el eje de un nuevo sistema de educación.

     Así, el conocimiento y el aprendizaje son los mayores recursos renovables de que dispone la humanidad para responder a los desafíos e inventar alternativas. La inteligencia colectiva es capaz y se propone reexaminar y replantear la manera en que la educación y el conocimiento pueden contribuir al bien común mundial.

     El ser y el saber de la humanidad pueden ser aprovechados y movilizados para que la inteligencia colectiva contribuya a elaborar un programa de acción política que ayude a que el ser se transforme y asistan a modelar el futuro de la humanidad y del planeta a fin de pensar juntos de manera que podamos actuar en conjunto para crear los futuros que queremos.  

     Transformarse es poner a la vista una filosofía de la educación y un enfoque pedagógico que ve el aprendizaje como un proceso de desarrollo permanente que se da de manera continua y a lo largo de toda la vida, significa el abandono de una práctica de memorización y repetición de lo que otros dicen para partir de lo que yo y tú decimos, lo que puedo aprender de ti y tu de mí. Un proceso que incorpora una apertura flexible a lo nuevo y rechaza el determinismo.

     Cuando la aspiración humana es un ejercicio vacío, sin resultados de mejoría, el mundo sufre. Para los muchos que viven en condiciones de pobreza, exclusión, desplazamiento y violencia, el futuro puede aparecer más como un conjunto de posibilidades cada vez más reducidas que como un mundo de esperanza y promesas.

   En la educación el conocimiento y el aprendizaje constituyen un elemento esencial de la transformación de las sociedades y las mentes humanas. La educación nos invita a convertirnos en algo que aún no hemos llegado a ser, por eso hoy es un día de examen y propuestas.