Saltillo.- El neoliberalismo se instauró en la década de los ochenta con los gobiernos priistas, entonces todavía hegemónicos. En el ámbito laboral la doctrina de ese régimen era, disminuir los derechos laborales para asegurar las ganancias empresariales; desde hace 40 años se presentó una caída acelerada de los salarios y de su poder adquisitivo, esa política pública no entraba en deliberación o debate, simplemente se explicaba que para lograr el crecimiento económico era necesario mantener los salarios bajos y así evitar el aumento de la inflación, no generar desempleo y mantener las inversiones extranjeras, pero en el sexenio de López Portillo y De La Madrid la inflación subió a un promedio de 100% cada año, el empleo informal creció a 20% entre 1983-1985, y se alcanzó el 3,100% de devaluación del peso.
Durante los 40 años de neoliberalismo el salario llegó a perder más del 70% de su poder adquisitivo, el salario mínimo de 87 pesos diarios, poco más de 3000 pesos al mes, no alcanzaba para cubrir el costo de la canasta básica para la sobrevivencia del trabajador y por otro lado estaban las personas que ganaban o ganan 350 mil pesos o más mensuales, por ello la brecha de la desigualdad es inmensa.
Un ángulo más que muestra la importancia del salario es que en estos 20 años en los que la delincuencia organizada apareció en todas las áreas, invitando a los jóvenes a conseguir dinero fácil, ellos se involucraron llevando a amplias zonas al conflicto armado.
La 4T está impulsando un cambio en la política laboral con el cual se propone dignificar el salario, para ello en 2019 se dio un aumento salarial de 16 % a nivel general y de 100% en la zona fronteriza con los Estados Unidos, este 2020 el aumento fue de 20% y se espera que el año próximo el incremento llegue a 15%, es lo que se está negociando y aplicará a partir del 1 de enero del 2021 para llegar a un piso mínimo de bienestar, es una lucha contra la desigualdad mediante el fortalecimiento del mercado interno, la capacidad de consumo, el crecimiento de la economía desde abajo y algo destacado es que los incrementos al salario han sido muy importantes frente a la pandemia.
La mejora salarial refleja el respeto a los derechos laborales, el que viene acompañado de una política de negociación del salario mínimo y del salario contractual, buscando un equilibrio,
En este país se ha pregonado que al llegar el PAN al gobierno en el 2000-2006 y el PRI en 2012 se alcanzó la normalidad democrática, mas eso se construyó, sobre la miseria del ingreso y lo más golpeado ha sido el salario y las condiciones precarias de trabajo, eso no cambió, al contario se reforzó con prácticas como el outsourcing o subcontratación.
La Reforma laboral, aprobada el 1° de mayo de 2019 va en contra de los contratos de protección, los que ascienden a medio millón en México y son una fachada, se firman, entre representantes sindicales y empresarios para revisar las condiciones de trabajo, pero no son un instrumento real de negociación, se imponen a los trabajadores que están totalmente fuera de toda intervención y defensa de sus intereses.
La actual Reforma, exige a las organizaciones sindicales que los dirigentes sean electos mediante el voto libre, directo y secreto, lo cual va contra las formas actuales en las que los líderes se eligen a mano alzada, las cúpulas charras presentan a los dirigentes y los trabajadores sólo acatan; pero ahora pueden participar y decidir con la herramienta del voto libre y secreto, para ello los contratos colectivos están pasando por un proceso de revisión y consulta a todos los sindicalizados quienes tienen derecho a recibir de manera física el contrato y así se recupera el poder de decisión de los sindicalizados -que son quienes dan la legitimidad contractual, esto era inexistente, pero ya comenzó, aunque la pandemia detuvo el avance.
Este es uno de los grandes cambios de la 4T; en lo que se refiere al outsourcing que ha sido una herramienta abusiva para evadir las responsabilidades laborales; el mecanismo funciona mediante grandes despachos que manejan las nóminas de empresas para proveerles personal, esa figura creció aceleradamente en el país, eximiendo a las empresas de cualquier responsabilidad laboral, es una práctica que perjudica a los trabajadores, pero también se evaden impuestos hay defraudación fiscal, lo cual daña a la Hacienda pública y se pega duro a las instituciones de seguridad social, así es la evasión de responsabilidades empresariales y la defraudación fiscal, lo cual daña a las empresas que sí cumplen con la ley.
Como puede verse este es un tema complejo, que atañe a nuestra la vida cotidiana, a los que vivimos del trabajo diario, algo que no podemos dejar de lado y sobre el que seguiremos informando.