Saltillo.- Enheduanna, es una de las mujeres notables de quien se tiene memoria, se estima que vivió en el siglo 2 300 antes de nuestra Era, nacida en Acadia es una de las primeras mujeres sobresalientes registrada en la historia, fue princesa, sacerdotisa, poeta y escritora, su nombre se interpreta como “adorno del cielo”, sus obras se conservan en la que se cree fue la primera forma de escritura, la cuneiforme, un sistema de marcas con forma de cuña que se grababan en tabletas de arcilla.
En 1927, en las arenas del desierto de Irak, los arqueólogos encontraron fragmentos de tablillas que incluían imágenes de una mujer que tenían inscrito el nombre de Enheduanna y contenían, himnos, poemas, canciones e historias; ella es prístina como sacerdotisa y su existencia ha sido probada por los estudiosos de la historia y la arqueología, su vida y obras reflejan el tema de la educación femenina en la antigua Mesopotamia.
Eduardo Galeano, escribió en su obra, Los hijos de los días: “Enheduanna vivió en el reino donde se inventó la escritura, ahora llamado Irak, y ella fue la primera escritora, la primera mujer que firmó sus palabras, y fue también la primera mujer que dictó leyes, y fue astrónoma, sabía de estrellas, y sufrió pena de exilio, y escribiendo cantó a la diosa Inanna, la luna, su protectora, y celebró la dicha de escribir, de lo que dijo, “es una fiesta, como alumbrar, dar nacimiento y concebir el mundo”.
Enheduanna escribió numerosas obras literarias, entre ellas dos himnos dedicados a Inanna, la diosa mesopotámica del amor. Sus escritos son profundamente personales y contienen numerosos datos biográficos. Además, se le atribuye la autoría del mito de Inanna y Enki, una colección de 42 himnos La obra de Enheduanna conocida como los himnos del templo, concluye con una afirmación sobre su originalidad: “El compilador de las tabletas fue Enheduanna. Mi rey, se ha creado algo que nadie ha creado antes”.
Que Enheduanna sea identificada como la autora de esas obras es significativo debido al anonimato que rodeaba frecuentemente las creaciones de otros autores anteriores. Las tradiciones de la escritura en el mundo antiguo son a menudo consideradas una labor exclusivamente de hombres, pero la obra de Enheduanna es una parte fundamental de la rica historia literaria de la antigua Mesopotamia.
En sus himnos, la sacerdotisa comenta los desafíos de encapsular las maravillas divinas en el mundo de la palabra. Describe las prolongadas horas que pasaba trabajando sobre sus composiciones durante la noche para que fueran interpretadas en el día. Los frutos de su trabajo están dedicados a la diosa del amor. Su poesía tiene una calidad reflexiva que enfatiza las cualidades superlativas de su musa divina, mientras también resalta las habilidades que se necesitaban para las composiciones escritas (BBC).
Los estudiosos de la biografía de la princesa Enheduanna consideran que la alabanza a las deidades celestiales ha sido un reconocimiento en el campo de la astronomía moderna.
Las descripciones de las medidas estelares, se consideran posiblemente como las primeras observaciones científicas del cielo. De hecho, en 2015 un cráter en Marte fue bautizado con el nombre de la sacerdotisa.
La obra de la escritora y poetiza ha legitimado su existencia como una mujer de ciencia, es la primera autora literaria con nombre propio, una personalidad poderosa, su devoción y alabanza a los dioses del amor continúa teniendo eco a través de los tiempos, 4.000 años después de que ella lo escribiera en unas tablas de arcilla.