En Coahuila el Centro de Derechos Humanos Juan De Larios tiene en su lista a 624 personas desaparecidas. No puede dejarse pasar el hecho de que recientemente los grupos que buscan a sus desaparecidos realizaron una manifestación en la Plaza de Armas de Saltillo, colocaron las fotografías de ellos y el gobernador, ese que actúa como represor y dictador las desapareció, mandó quitarlas, sí él es un ejemplo de opresión que está en contra del derecho a la protesta pública pacífica, también desalojó de la misma plaza con lujo de violencia a los maestros jubilados que mantuvieron un plantón por varios meses en protesta al imparable deterioro del servicio médico en las clínicas del Magisterio, desprovistas de medicamentos, equipo y personal y por las que pagaron toda su vida laboral y ahora son objeto de despojo y robo por parte de los aportantes. Seguirán votando por su verdugo, el PRI.
Coahuila mantiene récords indeseables desde hace casi una década, tiempo en el que ha ocupado al menos los 3 primeros lugares en los embarazos precoces en niñas adolescentes ¿a qué se debe? Según algunas versiones de organizaciones internacionales, las causas de estos embarazos son la miseria y pobreza de los hogares que habitan las menores, sus bajos niveles de educación, sobre todo el acceso a una educación sexual integral y temprana, a los distintos métodos de planificación familiar y sobre todo, a la garantía del ejercicio de sus derechos. Los riesgos de las menores son de padecer mortalidad y morbilidad materna, después de la pubertad aumenta el riesgo de aborto espontáneo, obstrucción del parto, hemorragia posparto, hipertensión; generalmente esas criaturas son víctimas de violación por parte de algún miembro de la propia familia, aunque no siempre es así; Vanguardia dedicó el año pasado en el SEMANARIO un estudio bastante preciso sobre este tema y las debilidades de las instituciones para su prevención.
¿Qué motivos puede tener un infante, un niño o niña para quitarse la vida? El tema es estremecedor, complejo de abordar y explicar; la desesperanza y el dolor psicológico son las causas más visibles del comportamiento suicida infantil; la discapacidad suele ser un elemento que dificulta la adaptación del desarrollo como persona en el contexto social en el que se interactúa, el que muchas veces obstruye la oportunidad de poder tener las experiencias necesarias para el acceso a los mayores logros posibles de acuerdo con su condición.
La intervención educativa elaborada para todos los profesionales de la atención a la diversidad en los que la psicología y la psiquiatría proporcionan estrategias para entender a las personas con discapacidad intelectual desde el marco de una escuela inclusiva. Tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre personas mayores de 18 años, sin embargo, en la actualidad entre los jóvenes y niños han ido en aumento hasta el punto de que ahora -según los especialistas- éstos son el grupo de mayor riesgo y México no es la excepción; de acuerdo con el incremento de los casos de suicidios infantiles se ha planteado la hipótesis de que la pandemia del COVID pudo ser un factor detonante del aumento. Por fortuna, en la Facultad de Trabajo Social de la UAdeC, su director, Jesús Acevedo Alemán, investigador acucioso de este lastimoso fenómeno escritor del libro, Gritos silenciosos: el suicidio infantil, expone que, en efecto hasta hace muy pocos años el suicidio en infantes era un problema invisible y afirma que se puede llegar a esa cruenta decisión a causa del disgusto con la realidad que se vive, este motivo es difícil de sostener, indica la psicóloga Karla Patricia Valdés García, de la Facultad de Psicología de la UadeC, porque para tomar tan grave decisión se requiere cierto nivel de conciencia que difícilmente un niño o niña de 6 u 8 años alcanza.
En fin, la conclusión es que sobre el tema hay abundantes hipótesis y pocas certezas; estoy de acuerdo en que la más factible es el disgusto extremo con una realidad dolorosa o inconveniente para quien toma esa dramática decisión. Todos son temas atroces del tiempo que vivimos.