PEREZ17102022

Ignacio Ramonet en Nuevo León
Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- Para comprender el mundo actual desde la perspectiva del periodismo crítico, tuvimos la deferencia de contar con la presencia de Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, autor de “Cien Horas con Fidel” y otros 25 libros sobre comunicación y geopolítica, traducidos a varios idiomas.

Después de un fructífero recorrido por el país, el destacado periodista español, analista geopolítico y crítico social realizó una serie de reuniones en Nuevo León, que culminó con la conferencia magistral “Globalización y Multilateralidad” a intelectuales, funcionarios, legisladores, profesionales, académicos, trabajadores, militantes y estudiantes.

Ramonet nació en Galicia, España y creció en Tánger, Marruecos, a donde sus padres huyeron de la dictadura de Francisco Franco. Estudió en la Universidad de Burdeos y en 1972 viajó a París para trabajar como periodista. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la Escuela de Estudios en Ciencias Sociales, así como catedrático emérito de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis y cofundador del Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación (Media Watch Global).

Actualmente es consultor de la ONU y por su labor periodística de 50 años, es una de las figuras del movimiento altermundista que promueve vías alternas de desarrollo y un referente del debate sobre el mundo multipolar, el cual propone como el mejor camino de la humanidad para la búsqueda de equilibrios que permitan la paz mundial.

Uno de sus editoriales, publicado en diciembre de 1997, en Le Monde Diplomatique, dio lugar a la creación de la Asociación por la Tributación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (ATTAC), que impulsa un impuesto a las transacciones financieras y a la fecha está presente en 35 países de Europa, América, Asia y África.

En la actualidad, la ATTAC defiende causas progresistas y tiene como presidente de honor a Ignacio Ramonet, quien en el 2001 fue uno de los promotores del Foro Social Mundial de Porto Alegre, Brasil, organizado en la misma fecha que el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.

El Foro Social es un encuentro anual por una globalización diferente, para organizar campañas mundiales, compartir estrategias geopolíticas e informarse sus integrantes unos a otros sobre los movimientos existentes, objetivos similares a los del Seminario Internacional “Los Partidos y una Nueva Sociedad”, que organiza el Partido del Trabajo desde 1996 en Ciudad de México y en cuya edición XXVII participó el comunicador ibérico.

En el primer Foro de Porto Alegre, convocado por organizaciones sociales críticas al neoliberalismo, ante más de doce mil asistentes de todo el orbe, Ramonet propuso el lema: “Otro mundo es posible”, máxima que ahora gira alrededor del planeta en las más diversas marchas, protestas y acciones en defensa de la humanidad y de la naturaleza.

Para él los intelectuales de izquierda deben “agarrar al mundo, darle la vuelta para ver cómo está hecho y saber qué es lo que queremos mejorar”. Deben reconocer que vivimos en un mundo impactado por la policrisis o una serie de crisis sanitarias por la pandemia, climáticas por el calentamiento global y geopolíticas por las guerras en Ucrania y en Palestina.

Sin rodeo sostiene que el neoliberalismo ya se terminó, aunque aún gobierna en muchos países, gobierna como un ‘zombi’, ya que no tiene perspectiva ni es una teoría que el propio capitalismo revindique. Asevera que gracias al frente mundial de izquierda, desde el 2008 el neoliberalismo ya no funciona técnicamente, al no producir la riqueza que el capitalismo quisiera producir para la oligarquía, y desde este año ya no funciona políticamente, tras 40 años de destrucción social y estragos financieros para la humanidad.

Ante el enemigo debilitado pidió reflexionar sobre impulsar el modelo de la Cuarta Transformación, como una alternativa de trabajo reconstructivo de la clase media y fuente de recursos desde la izquierda para los millones de afectados por las crisis sanitaria, climática y geopolítica en el mundo.

Y, para erradicar el fascismo de la extrema derecha, planteó analizar cómo comunicamos nuestras visiones del mundo para convencer a las nuevas generaciones y avanzar en lo que la izquierda siempre ha sido, pero con una mirada renovada sobre lo que ha cambiado en la sociedad, pues mucha gente prefiere creer y no saber, especie de religión irracional que hace posible el culto a Donald Trump y Javier Milei, aunque sea totalmente absurdo.