GOMEZ12102020

INTERÉS PÚBLICO
¿Ackerman versus la 4T?
Víctor Reynoso

Puebla.- En 2007 John M. Ackerman publicó un libro que vale la pena consultar, ahora que el presidente de la República ha propuesto eliminar algunos organismos autónomos. El libro se titula “Organismos autónomos y democracia. El caso de México”. Analiza tres de ellos: el IFE, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Auditoria Mayor de la Federación.

   Se trata de un texto académico serio y bien fundamentado, tanto en su perspectiva teórica y como en los datos utilizados. Su idea sobre los organismos autónomos es clara: son necesarios para la democracia. Sin ellos, caeremos en lo que Guillermo O’Donnell llama “democracias delegativas”, en las que, dice textualmente Ackerman, “los jefes de Estado se comportan como si fueran dictadores de corto plazo”.

     Contra algunas teorías dominantes, el libro argumenta que la descentralización de la autoridad, el “amplio y franco debate entre los cuerpos colegiados” y “la participación activa de la sociedad civil en su funcionamiento” lugar a una democracia más madura, a un mejor sistema de rendición de cuentas, y también generarán mayor eficacia en el desempeño de los organismos estatales.

     Ackerman hace una interesante propuesta teórica, desde la perspectiva institucional. Considera, acertadamente, que no solo debe estudiarse el diseño de las instituciones, sino también su desarrollo histórico, su funcionamiento real.

     En general, el autor considera que la creación y el funcionamiento de los tres organismos autónomos que analiza es positivo. Pero señala también focos rojos. Básicamente están en la exclusión de una fuerza política, el PRD.

     Su análisis del IFE es el más positivo. Pero en una “Nota al lector”, suponemos escrita después de la redacción del libro, precisa que se refiere al IFE de 1996 a 2003. Que en 2006 ese instituto actuó contra la democracia.

     Termina el libro llamando a una institucionalización de la población marginada y de los sectores excluidos, lo dará lugar a mejores resultados las instituciones que se proponen mejorar la rendición de cuentas.

     No dice cómo hacerlo. Pero definitivamente del libro no se deriva que la disolución de estas instituciones por el poder ejecutivo sea una solución. Más bien puede inferirse que si eliminamos los organismos autónomos que ya tenemos, se generaría una “democracia delegativa”, una situación que daría lugar a dictadores, no sabemos si de corto o largo plazo. A una república bananera, hoy día tan de moda.