INTERÉS PÚBLICO
El spot de Morena
Víctor Reynoso

Puebla.- Presento aquí un comentario sobre uno de los principales medios de los partidos para comunicarse con los ciudadanos en este proceso electoral, los spots. Comienzo con Morena, por ser el partido en el poder.

     El mensaje más difundido por este partido en las últimas semanas se centra en cuestiones simbólicas. Destaca que el presidente de la República dejó Los Pinos para pasar a vivir en el Palacio Nacional, que no usa el avión presidencial, que la corrupción se declaró “el peor enemigo de México”. Presenta nuevamente el eslogan de que “no puede haber gobierno rico y pueblo pobre”.

     ¿Se trata de logros simbólicos o de cambios de fondo? En caso de lo primero, no es claro qué simbolizan. ¿De qué es símbolo que el presidente viva hoy en la casa que fundaron y habitaron los virreyes de la Nueva España, y no en la casa que fundó y habitó Lázaro Cárdenas?

     Que el país pague el mantenimiento de un avión que no se usa, que haya un bien público que se deteriora sin ninguna utilidad, ¿qué simboliza?

     El Estado Mayor Presidencial desapareció, pero fue sustituido, acertadamente, por un grupo de seguridad que protege al presidente (y a la institución presidencial). ¿Qué cambió con eso?

     Que se declare a la corrupción como “el peor enemigo de México”, y que se avance muy poco o nada en castigar a los corruptos ¿en qué sentido es un logro? ¿En qué sentido una mera declaración, sin consecuencias políticas, es un logro? Por el contrario, se han multiplicado los contratos por adjudicación directa, que por ser discrecionales se prestan a la corrupción.

     Se puede argumentar que se trata de propaganda política para mantener a los que ya están con ese partido, no para atraer a quienes nunca lo han estado. Puede ser. Mantener las simpatías por el presidente (que son muchas) y por su partido (menores, pero significativas) puede ser una estrategia política razonable.

     Se puede argumentar también que los únicos logros del partido en el gobierno son simbólicos, y que no hay otra cosa que presentar.

     O decir que lo simbólico, en la política y en la vida humana en general, es muy importante.

     Hay pues distintas perspectivas sobre este simbolismo.