Puebla.- A pesar de las expectativas que generó días antes, poco llamó la atención el documento “La nueva política económica en los tiempos del coronavirus” firmado por el presidente de la República. Quizá porque al propio autor no le interesó difundirlo, al darse cuenta que cometió un error en la interpretación de los valores del índice de Gini presentados en el texto.
El índice de Gini es la medida más común para medir la desigualdad. Sus valores van de 0, cuando la desigualdad no existe, a 1, cuando es absoluta. El documento presentó los valores de ese índice para el “periodo neoliberal” en México, de 1989 a 2018. Los valores disminuyen, es decir, indican menor desigualdad. Pero el documento interpreta, equivocadamente, lo contario: que la desigualdad aumentó.
El documento generó expectativas porque se anunció como una crítica a la consideración del crecimiento del PIB como único indicador del bienestar. Un tema que ha sido planteado por diversas corrientes en las ciencias sociales y por algunos países.
Desde fines del siglo pasado se empezó a cuestionar el crecimiento del bienestar material, medido por el incremento del PIB, como indicador del progreso humano. Con eso estábamos destruyendo el planeta, pero no éramos más felices.
El tema de la felicidad entró (o regresó, pues ya en la obra de Aristóteles es tema central) a la política y a las ciencias sociales. Un país, del que poco se hablaba en el mundo occidental, Bután, se negó a medir el PIB, y construyó su propio índice de felicidad o bienestar subjetivo. Desde entonces ha habido interés en lo que sucede en ese país.
Muchos científicos sociales empezaron a poner en el centro de sus investigaciones este tema: la felicidad o el bienestar subjetivo de las personas.
Se preguntaron en qué consistía la felicidad. Algunos respondieron que no sabían: había que preguntarle a la gente. Y desde hace al menos tres décadas tenemos interesantes investigaciones y propuestas de políticas públicas en este tema.
Por supuesto que la felicidad no es ajena al bienestar material, aunque tampoco idéntica a él. “El único sentido de tener dinero, es no tener que pensar en el dinero”, dijo Viktor Frankl. Lo material no es un fin, es un requisito.
Hay que seguir midiendo el PIB. Hay que medir otras cosas.