Puebla.- La embajadora de nuestro país en Estados Unidos, Martha Bárcena, anunció su jubilación anticipada, y por tanto su retiro de esa embajada. Se trata de un hecho político relevante, pues es uno de los cargos más importantes del gobierno federal. Relevancia que se incrementa por la coyuntura actual, la sucesión Trump-Biden. Además de relevante, fue sorpresivo.
Ya empiezan a difundirse distintas interpretaciones de este retiro. Una de ellas es que culmina el pleito entre la embajadora y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard. Suele haber cierta tensión entre los dos cargos más importantes de la diplomacia mexicana, quien ocupa la embajada en Washington por un lado y el secretario de Relaciones Exteriores por otro. Este sexenio no fue la excepción, y la jubilación anticipada de la diplomática sería el desenlace de ese conflicto.
Hay otra interpretación que considera orígenes y consecuencias más serias de la decisión de Bárcena. Se le ha llamado “renuncia por dignidad”. Considera que hubo serias diferencias entre la embajadora y el presidente López Obrador. Algunas fueron públicas, como la recomendación de la diplomática para que el presidente, en su visita a la Casa Blanca, se reuniera también con los demócratas, o que reconociera el triunfo de Biden cuando este ya era claro, aunque todavía no oficial.
De ser cierta, el presidente perdería una de sus principales colaboradoras por diferencias políticas más o menos de fondo. Un poco el caso de Urzúa, de Toledo o de Alfonso Romo.
Lo que parece ser claro es que ese cambio se da en la coyuntura de la sucesión presidencial en Estados Unidos. La salida del republicano, al que le interesaba más que nada borrar del mapa a México mediante un muro, y la llegada del demócrata, que tendrá una agenda mucho más amplia y compleja hacia nuestro país, es el contexto en el que Bárcenas anuncia que dejará la embajada.
Hay otra interpretación: que nuestro gobierno prepara un giro en su relación con el de Estados Unidos. Con Biden en lugar de México en la agenda del gobierno de Estados Unidos cambiará de manera importante, y viceversa, también lo hará lugar de aquel país en la agenda del nuestro. El cambio en la embajada mexicana en ese país podría ir en la línea de un cambio de estrategia ante las nuevas circunstancias. Así será, aunque no haya sido la intención.