A partir de sus estudios demoscópicos, Gabriel González Molina tiene una postura más fundamentada y sensata: es posible dividir a los electores mexicanos en cuatro partes de tamaños similares. Dos de esos cuartos pueden considerarse votos duros; los otros dos votantes volátiles, o “switchers”, en términos de este autor.
Los votos duros se dividen en partes prácticamente iguales entre quienes apoyan al partido en el poder incondicionalmente y entre quienes lo rechazan también sin condiciones.
La otra mitad también se divide en dos partes de tamaños similares. Una que tiende a apoyar al partido del presidente, y otra que tiende a rechazarlo. En esta mitad están los que decidirán la elección.
A esa mitad va a dirigirse el mayor esfuerzo de la mercadotecnia electoral. Desde esta perspectiva puede comprenderse, por ejemplo, la estrategia de Movimiento Ciudadano. Es claro hacia cuál sector de los cuatro señalados se está enfocando.
El planteamiento de González Molina es, entre otras cosas, una guía para leer las estrategias electorales de los partidos y coaliciones que disputan la elección del año próximo. Ver de qué manera se dirigen y a quiénes. Priorizarán a los llamados switchers. La eficacia de esas estrategias se verá en su capacidad de convencer a los que no están del todo convencidos.
Sobre estrategias electorales vale la pena recordar un caso interesante, vinculado también a González Molina. En 1995, en Puebla, el PRI tuvo sus peores resultados electorales en todo el siglo XX. En 1997, a nivel nacional, el PRI tuvo sus peores resultados electorales en todo lo que iba del siglo. Pero en este último año el PRI poblano arrasó con los 15 distritos electorales. Carro completo.
La clave de este cambio en Puebla y del contraste con las elecciones federales puede encontrarse en otro libro de González Molina, Cómo ganar las elecciones, publicado por Cal y Arena en 2000.
Cuestiones por observar: estrategias para obtener los votos volátiles y sus resultados. Claro que esto dice poco o nada sobre otro tipo de voto: el clientelar o de intercambio. Pero ese es otro tema.