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La casa y la escuela
José Ángel Pérez

Monterrey.- La casa y la escuela, dos lugares sagrados para un niño o jovencito. En la escuela aprenden a escribir, a resolver problemas ficticios pero aplicables al mundo real. En la escuela se aprende ciencias, disciplina que enseña a observar e interpretar el mundo de una manera inquisitiva, vivencial y racional. En la escuela se practican deportes, a los estudiantes se les educa para apreciar el arte y a convivir con amigos.

     En la casa, el niño aprende a cultivar valores que lo conducirán a ser un ciudadano útil a su familia y a la sociedad. Alguno de estos valores son:

     • El amor y el respeto a sus padres, a sus hermanos y, en general, a todos sus semejantes.

     • El amor al trabajo, que lo convertirá en un ciudadano triunfador.

     • La responsabilidad que lo guiará a buscar el bien común.

     • La honradez, que le brindará la fuerza que lo conduzca a participar en la construcción de un mundo más justo para todos.

     La familia y la escuela aunque están, o debieran estar, en estrecha relación, tienen funciones bien delimitadas y atendidas por especialistas: los padres y los maestros respectivamente. Esta es una de las razones por las que la UNESCO recomendó, desde hace años, la eliminación de las tareas escolares a realizarse en casa.

     Ante el actual confinamiento domiciliario obligado a nuestros niños y jóvenes, dejemos a la familia que cumpla su función, que a mi parecer es la más difícil y rezagada. Considero que no debemos dar clases tradicionales a distancia a nuestros estudiantes, ya habrá tiempo de que las tomen presencialmente en su escuela y con una metodología constructivista, centrada en el alumno y apuntalada por diversos recursos, bajo la asesoría directa del profesor.

     Se deben recomendar películas, lecturas amenas, ejercicios físicos, actividades artísticas como pintura, baile y canto, juegos con los padres, programas divertidos por televisión, escasos, pero los hay. Leámosles cuentos clásicos o contemporáneos, despertémosle a los jóvenes, el gusto por leer novelas de PK Dick, Frederick Pohl, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Richard Feynman, Julio Verne, Horacio Quiroga, Yakov Perelman o Arthur Clarke, que se pueden conseguir impresos en librerías o en línea, la mayoría gratis.

     Considero que es un error bombardear a nuestros niños con clases tradicionales a distancia. La labor presencial del maestro de escuela es insustituible como también es de gran valor la vida en la familia.