Monterrey.- México paga, México manda. Fue su lema desde asumir el poder federal. Cada uno de los espacios públicos adornados con el color morado, su sello distintivo.
Su trabajo como gobernador independiente de Nuevo León fue todo un éxito. Nadie en la historia antigua y menos en la moderna, logró tantos proyectos en tan poco tiempo.
Ni siquiera Bernardo Reyes, en la época de nacimiento y expansión del Grupo Monterrey.
Nuevo León rebasó al Estado de México en la parte industrial del país. Se lanzó la línea cuatro y cinco del metro. Con recursos internacionales. De Santa Catarina a Ciudad Benito Juárez y de Sendero hasta El Uro.
Aprendan de memoria, exhortó a todos los Secretarios de Estado. De ahí para abajo. Vamos por la cultura popular. Hacer de nuestro país una nación de lectores del libro vaquero y de lágrimas y risas.
Los inversionistas vendrán en tropel al observar un territorio dócil. La ciudadanía merece pan y circo. De puntadas al calor de una caguamita. Dos no. Solo una.
Evitar a las mujeres embarazarse en la adolescencia. Nadie las va a querer por estar gordas y cargadas de hijos. Por supuesto, abrirles los ojos a los güercos, de una vez se enteren de la falacia de Santa Claus son sus padres.
Y entonces sonrió. La vía democrática independiente va en camino a la superación.