GERSONG06072020

La conjura contra México, IX
Gerson Gómez

Monterrey.- Por ningún motivo en las oficinas de gobierno se permitiría colgar su fotografía con la banda presidencial.
Bastante odió la campaña electoral. Los panorámicos y los espacios en televisión. Los souvenirs con el rostro mal impreso en serigrafía.

     Estar frente a las cámaras. Poner la mejor sonrisa. Olvidar por segundos su problema de la piel.

     Duvalín le llama la oposición. Poco conocen sobre el vitíligo. Lo confunden con el mal del pinto. La inteligencia probada del nuevo mandatario está por encima de cualquier duda.

     Incluso si se hubiera decidido contender por la izquierda nacionalista lo arroparían por sus cartas credenciales. En el advenimiento de la presidencia, las carretadas de aplausos de los gobiernos internacionales.

     Toda la maquinaria de estado engrasada a los designios del ex secretario de Hacienda. Conoce la inmensidad de la burocracia. La panza del monstruo de mil cabezas.

     Ante su persona se doblegaran los compañeros generacionales. Espigas más o espigas menos, la operatividad de los recursos triangulados. Si las estafas maestras quedaron al descubierto por un puñado de periodistas metiches y fastidiosos, el logaritmo del saqueo sin la necesidad de salpicar a las Universidades Públicas.

     Con inteligencia y progreso, el futuro de México se produce. El modelo de la productividad China y los salarios de Bangladesh. Bienvenidas las inversiones internacionales. Si el fracaso le preocupa, nuestro banco central cubre el capital de riesgo.