Monterrey.- Desde la tarde del día de las elecciones lo fueron abandonando cada uno de sus donadores. Discretos hicieron ghosting en el salón de eventos. Los números de las encuestadoras de salida eran una catástrofe.
El consejo de los empresarios, el voto del miedo de los medios de comunicación y las movilizaciones de sufragistas en apoyo al partido en el poder resultaron irreversibles.
Tres veces la intentona. Solo dos fracasos. El tercero fue el peor. La depresión cala en los huesos, el alma y los años de ir tras el poder. De poco o nada sirvió modular las intervenciones.
El sentimiento nacional está podrido hasta la médula. Pobres de los mexicanos, tendrán seis años con la misma medicina neoliberal. El remate de las últimas posesiones pasara a ser administradas por los particulares.
La siguiente avalancha de seres humanos para la frontera no será por goteo. Mucho menos por los centroamericanos.
La vamos a encabezar los propios mexicanos. La nueva esclavitud de los chinos, coreanos y de los norteamericanos hará del territorio el campo de concentración ideal.
Revueltas en la sierra de Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Chiapas y Tabasco. Dalo por seguro, lo comentó con un reportero de la Televisión Francesa.
Voy a cumplir con mi palabra. En mi finca en Palenque dedicaré mis esfuerzos y reflexiones a escribir las memorias de las tres campañas fallidas. Soy como el Maradona de la política mundial, pero sin cocaína.
Se despidió de sus cercanos y le vieron caminar encorvado. Los años en los hombros y las coyunturas, suma de los esfuerzos del corazón, nunca fueron suficientes.