PEREZ17102022

La Enseñanza de la Física y las Matemáticas en el Nivel Medio
José Ángel Pérez

El lenguaje de la verdad debe ser sencillo y sin adornos.
Euclides

Monterrey.- Hace tiempo, un presentador de televisión preguntó a un actor de moda cuáles eran las materias que menos le gustaron cuando estudiaba secundaria y preparatoria. Sin dudar, el actor respondió: “La física y las matemáticas, porque nunca las entendí y se me hicieron inútiles y aburridas; es por ello por lo que elegí la carrera de comunicólogo y después ingresé al CEA”. Lamentablemente opiniones como la anterior se repiten en diversos profesionistas, incluso médicos e ingenieros.

Es paradójico y triste que las materias encargadas de fomentar en los estudiantes la comprensión del mundo y la formación de un espíritu científico, base de un pensamiento crítico, sean las más olvidadas e incluso las más odiadas.

Aún en la actualidad, donde la tecnología digital domina todos los espacios, los estudiantes siguen evitando las carreras de física y matemáticas. Aquellos que se orientan hacia las ingenierías y la computación lo hacen con serias dificultades, considerando sus cursos de matemáticas y física como un mal necesario. Con frecuencia, dejan de lado lo interesante y maravilloso de estas ciencias y el papel central que tuvieron en la construcción de la realidad actual dominada por los sistemas informáticos.

¿Qué podemos hacer en la educación básica ante esta lamentable situación según nuestra experiencia, nuestros conocimientos y nuestras investigaciones?

Primero, es esencial construir un proyecto común entre los niveles de secundaria y preparatoria. No es aceptable que al terminar la educación secundaria se ofrezcan cursos de física y matemáticas únicamente para "preparar" a los alumnos en estas materias. Lo más triste es que dicha preparación a menudo consiste en la memorización de conceptos y el adiestramiento en el uso de algoritmos para operaciones básicas y la resolución de problemas “tipo” de física.

Ante la falta de habilidades motrices y manuales en los estudiantes, producto de la ausencia de juegos tradicionales (trompo, balero, canicas, rondas infantiles), se nos presenta la oportunidad de aprovechar las habilidades y el gusto de nuestros estudiantes por los juegos en el celular, tableta o computadora. Podemos diseñar, de hecho, nosotros las tenemos ya diseñadas y probadas, actividades en computadora que modelan la realidad con un alto grado de precisión. De esta manera, los estudiantes se prepararan en el conocimiento de las leyes que rigen el mundo y desarrollan el pensamiento matemático de una manera contextualizada, en lugar de aprender fórmulas aisladas.

No queremos decir que la virtualidad deba sustituir las prácticas de laboratorio tradicionales. Sin embargo, estas prácticas de “laboratorio real” deben revisarse, ya que se abusa de la cuantificación, en lugar de centrarse en la comprensión de la relación cualitativa de variables.

Finalmente, quiero puntualizar que no se aprende ciencia y matemáticas solo en el laboratorio o en el salón de clase, sino en todo nuestro entorno natural y social. Los maestros, y sobre todo aquellos que dirigen la Educación Básica en nuestro país y nuestro estado, deberían conocer lo aquí expresado y actuar en consecuencia, diseñando y ofreciendo estrategias y cursos de actualización y capacitación que presenten la ciencia y las matemáticas básicas de forma amable, atractiva y con un alto grado de calidad.

Quiero terminar mi exposición con una expresión de mi pueblo: “Ya con esta van tres veces que…”